Rebecos acuáticos
Este embalse presenta en el lado bosnio viviendas dispersas y alguna aldea y del serbio, la orilla es una fila interminable de casas flotantes para el disfrute de fin de semana
'Los tres mosqueteros'
La cacería prevista es muy singular, cazar rebecos desde una embarcación. Así dicho resulta un oxímoron o una broma inocente, se trata de navegar en una embarcación para recorrer desde el agua los acantilados que cierran la larguísima cola del embalse del río Drina en Serbia: así se hace posible la cacería navegando en vez de trepando.
Acompañan dos amigos: Julián López Aguado, un empresario doblado de historiador, loco de las cumbres y Juan Castillejo, duque de San Miguel, también empresario de éxito, cazador de menor y de mayor y con una vitalidad que se resuelve en entusiasmo. En Barajas se une Antonio Cañedo que sustituye al organizador.
El vuelo sin incidencias, del llamado almuerzo sólo comí el pan untado con mantequilla, el resto era indefinible. En Belgrado nos espera una buena furgoneta Volkswagen que recorre por moderna autopista la primera hora y las dos siguientes en un tirabuzón continuo. Nos alojamos en un hotelito agradable, bien mantenido en el que somos los únicos huéspedes, se llama Turista para que no haya equívocos. Cenamos con los guardas de la reserva de caza Tana y nos empiltramos.
En cubierta hay una mesa con un triángulo de madera con tres aberturas laterales para disparar a tres alturas; los disparos serán siempre hacia arriba
La diana es temprana pues amanece muy pronto ya que estamos volcados a oriente, tras un breve recorrido en coche estamos en el embarcadero a las siete. El acceso a bordo se realiza a través de una escala que perdió sus escalones por falta de mantenimiento –una costumbre que perdura de la época socialista– y los han sustituido por resbalosos tablones; no importa los guías cooperan y atravesamos sin problemas.
Puntería a bordo
La embarcación consiste en un casco de unos 15 metros de eslora por tres de manga acondicionado para estos menesteres tirando de derribos: honrado motor de un tractor contento de no tener que arar, ventanas sobrantes de alguna obra y comodidades las justas que los cazadores son gente dura. La cabina con una estufa de butano y una mesa con vituallas, bebidas inocentes y alcoholes variados. El gobierno del barco se encomienda a un orondo timonel que acusa su amor por la cerveza. En cubierta hay una mesa con un triángulo de madera con tres aberturas laterales para disparar a tres alturas; los disparos serán siempre hacia arriba. Sobre la mesa reposa un Sauer calibre 243 con anteojo variable de hasta 15 aumentos.
Este embalse presenta en el lado bosnio viviendas dispersas y alguna aldea y del serbio, la orilla es una fila interminable de casas flotantes para el disfrute de fin de semana, una tras otra pueden sumar el centenar.
El cañón recuerda al del río Sil en Galicia aunque con más roquedos y espesa vegetación de hayas con algunos robles y pinos. Aunque las hayas no tienen hojas, su abundancia enmascara mucho el entorno y es difícil distinguir la caza y si bien el barco es estable, cuando está parado deriva lentamente. A las cinco es de noche y mañana será otro día.
Al regreso el coche está tapado por la nieve y el descenso al hotel es muy emocionante y con una oración en cada curva llagamos felizmente abajo. El chofer, otro Carlos Sainz
Amanece con sirimiri para decirlo con acento vasco. A Juan le toca la suerte de aprovechar esta primera hora y no hay duda de que es la de actividad pues al poco tiempo el más joven de los guías –nuestra corte suma 7 personas– que tiene vista de halcón descubre la sombra negra de un rebeco entre la maraña de ramas. Juan es un empresario eficiente y no deja escapar la ocasión haciéndolo un trapo. Gran alborozo por ese triunfo y el equipo no tira las gorras al aire de milagro. Resulta ser una gran hembra de 16 años, de cuernos largos y bastante gruesos, en definitiva un estupendo trofeo. Por supuesto hay brindis abundantes: nosotros con Rioja, el equipo con aguardiente.
Cenamos invitados por el Guarda mayor en un restorán en lo alto de este cañón y cuando salimos la nieve ha pintado todo de blanco. La comida es copiosísima, además de entremeses dos sabrosos guisos, uno de ternera y el otro bautizado de corzo y en realidad de venado. Al regreso el coche está tapado por la nieve y el descenso al hotel es muy emocionante y con una oración en cada curva llagamos felizmente abajo. El chofer, otro Carlos Sainz.
Amanece todo nevado y con niebla rastrera pero con una previsión de sol y nubes. Ocupo el puesto de tiro cuando surge un rebeco, negro como una mora. Al pie de uno de los pocos pinos se destaca perfectamente, me preparo mientras la presa se mueve ascendiendo de impulso en impulso. En una parada disparo y acusa claramente el tiro, da dos pasos y se tumba. En otras circunstancias esperaría a que se enfriara pero la cacería tiene que continuar y le encargo a Antonio Cañedo que lo remate pues yo no lo veo bien. Como buen profesional lo hace limpiamente. Grandes vítores que se vuelven en aclamaciones cuando empieza a rodar y saltar, saltar y rodar hasta llegar abajo y sepultarse en el agua; el complaciente rebeco le ha ahorrado a nuestro equipo una ardua subida. Con un garfio pescan al rebeco sujetándolo por los cuernos, es un magnífico macho de 12 años. ¡Qué gran despedida de esta especie!
Seguimos la cacería con Julián a los mandos y hay un par de falsas esperanzas, hasta que surge otro bien colocado y mi amigo lo deja en el sitio. Es otro macho algo más joven pero muy parecido al mío. ¡Vaya mañana! Volvemos triunfantes al hotel Turista.
De vuelta a casa atravesamos los Balcanes serbios y cuando llegamos a lo alto compruebo lo que se parecen todas las montañas cuando arriba no terminan en rocas: son unos puertos como los cantábricos: praderas, ganado vacuno y edificaciones sobrias de techo muy inclinado. Incluso tienen unos hórreos de piedra. La semejanza con Asturias es tanta que, al llegar a la autopista, pregunto a Antonio Cañedo si estamos en Campomanes.
- El marqués de Laserna es Académico de Honor de la R.A. de la Historia