Contaminación lumínica en Hong Kong
Un astrofísico alerta de los efectos de la contaminación lumínica: «La noche está desapareciendo»
El enturbiamiento del cielo nocturno, que crece a un ritmo de un 10 % anual, tiene importantes consecuencias a nivel ambiental y cultural
La contaminación lumínica es uno de los problemas que más preocupa a los astrónomos, y no es para menos: nada menos que el 83 % de la población mundial tiene un cielo nocturno contaminado, un enturbiamiento que impedirá a niños nacidos en entornos muy afectados por el exceso de luz artificial ver más de la mitad de estrellas que podrían haber contemplado en condiciones normales.
Según los estudios realizados al respecto, el ritmo de contaminación lumínica aumenta a una media anual de un 10 %, lo que podría tener consecuencias no solo a nivel cultural, sino también ambiental.
De ello avisa Alejandro Sánchez de Miguel, doctor en Astrofísica y asesor de la Oficina de Calidad del Cielo del Instituto de Astrofísica de Andalucía, en una entrevista realizada por Onda Cero en la que advierte de que «la noche está desapareciendo de manera global tanto en el suelo como en el cielo».
Porque además de empobrecer la observación de la bóveda celeste –asegura que la mitad de las 'estrellas' que vemos una noche de verano no son estrellas, sino satélites–, este deslucimiento también supone la destrucción del 50 % de los ecosistemas terrestres, los nocturnos.
Especies clave, como las polillas (las cuales son polinizadoras), las aves migratorias, las tortugas que se comen las medusas o el plancton (que es, a su vez, la base de la cadena alimenticia) se ven de una forma u otra alteradas por ella.
¿Estamos a tiempo de revertir este deterioro? Sánchez de Miguel no es optimista: «Probablemente, [lo haremos] cuando ya tengamos todas las ciudades como quirófanos: iluminación azulada y una intensidad importante. Actualmente, tenemos la tecnología como para tener ciudades más bonitas, más seguras, sin tener este tipo de sobre iluminación, pero los intereses empresariales y la falta de interés político hace que al final las medidas que están ahí no se terminen de aplicar».
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