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01 de mayo de 2024

Dos simios interactuando

Dos simios interactuandoEFE/BOS Foundation BPI

A los grandes simios les gusta gastarse bromas entre sí

Una investigación analiza un rasgo hasta ahora poco estudiado de este grupo de animales

Las similitudes entre humanos y grandes simios son de sobra conocidas. El grupo de animales más parecido a nosotros es capaz de comunicarse mediante gestos y sonidos, establecer vínculos sociales y comunidades, fabricar y emplear herramientas y aprender y desarrollar habilidades mediante juegos sencillos, entre muchos otros rasgos conexos. Ahora, un grupo de investigadores ha sumado a este compendio de características compartidas una nueva: la capacidad de hacer bromas.
Porque al igual que los bebés humanos pueden realizar pequeñas ‘chanzas’ desde los ocho meses de edad (por ejemplo, cuando el neonato ofrece un objeto a sus padres para luego retirarlo de la mano, infringe ciertas normas sociales y perturba las actividades de los demás), grandes simios como los orangutanes, chimpancés, bonobos y gorilas también participan en comportamientos intencionalmente provocativos, frecuentemente acompañados de características de juego, según un estudio que publica Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
Tal y como detallan los expertos, encabezados por la Universidad de Los Ángeles en California (EE.UU.), se trata de interacciones sociales espontáneas que parecen juguetonas, ligeramente acosadoras o provocadoras, como golpear levemente a otro y alejarse corriendo para quedarse mirándole, o molestarle mientras realiza una actividad.
En total, fueron 18 los comportamientos de ese tipo que identificaron, muchos de los cuales aparentemente empleados con el fin de generar una respuesta o, al menos, de atraer la atención del objetivo, señaló el Instituto Max Planck (Alemania) en un comunicado.
En concreto, era frecuente que los provocadores agitaran o balancearan repetidamente una parte del cuerpo o un objeto en medio del campo de visión del objetivo, le golpearan o pincharan, le miraran fijamente a la cara, interrumpieran sus movimientos, le tiraran del pelo o realizaran otros comportamientos que resultaban extremadamente difíciles de ignorar para el objetivo.
Los autores observaron las acciones, movimientos corporales y expresiones faciales del provocador, por un lado; y cómo reaccionaban las víctimas de las burlas, por otro. También evaluaron la intencionalidad del provocador, buscando evidencias de que el comportamiento estaba dirigido a un objetivo específico, que persistía o se intensificaba y que esperaba una respuesta, informa Efe. Y concluyeron que, igual que el comportamiento bromista de los humanos, las bromas de los simios son provocadoras, persistentes e incluyen elementos de sorpresa y juego.
A nivel evolutivo, sospechan que, dado que las cuatro especies estudiadas realizan estas acciones con un toque de provocación, los requisitos cognitivos para ello pueden haber estado presentes en nuestro último ancestro común, hace al menos 13 millones de años. Además, consideran que, como no es necesario el lenguaje para este comportamiento, es posible que otros animales tengan prácticas similares.

Los comportamientos se producían principalmente cuando los simios estaban relajados

«Los grandes simios son excelentes candidatos para hacer las burlas juguetonas, ya que están estrechamente emparentados con nosotros, participan en juegos sociales, se ríen y muestran una comprensión relativamente sofisticada de las expectativas de los demás», indicó Isabelle Laumer, de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.) y firmante del estudio.
Aunque las bromas provocadoras de los simios adoptaban muchas formas, los autores determinan que se diferenciaban del juego en varios aspectos. «En los grandes simios, la burla lúdica es unilateral, procede en gran medida del burlador, a menudo durante toda la interacción, y rara vez es recíproca», destacó Erica Cartmill, de la Universidad de California.
Principalmente, revelan, los comportamientos de este tipo se producían principalmente cuando los simios estaban relajados.

Mayor comprensión

No es la primera vez que se constatan conductas bromistas en chimpancés, pero sí que se trata de un estudio pionero que analiza de manera pormenorizada las burlas y provocaciones juguetonas.
Con sus hallazgos, Isabelle Laumer espera que este trabajo lleve a otros investigadores a estudiar este tipo de comportamientos polifacéticos en más especies para comprender mejor su evolución. Igualmente, también esperan que «aumente la concienciación sobre las similitudes» que se comparten con nuestros parientes más cercanos y «la importancia de proteger a estos animales en peligro de extinción».
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