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06 de mayo de 2024

Escena de unos homínidos en una llanura africana

Escena de unos homínidos en una llanura africanaFlickr/Ben Sutherland

El paso de los bosques a las llanuras pudo transformar el lenguaje de los primeros homínidos

Un experimento sugiere que el lenguaje consonántico comenzó a desarrollarse durante la segunda mitad del Mioceno, hace entre 5,3 y 16 millones de años

La evolución de los homínidos durante millones de años provocó cambios en sus sistemas cognitivos y, por tanto, en sus formas de comunicación. Sin embargo, la falta de registros fósiles de tejidos blandos dificulta la decodificación de este proceso, por lo que los científicos a menudo se ven obligados a recurrir a otros métodos.
Uno de ellos lo acaba de plantear la Universidad de Warwick (Reino Unido), que en un estudio publicado en la revista Scientific Reports sugiere la posibilidad de que los primeros primates pasaran de un lenguaje basado en vocales a otro algo más desarrollado y con consonantes al trasladar su hábitat de los bosques densos a las llanuras abiertas.
Según la tesis de los autores, la transición se produjo a mediados y finales del Mioceno, hace entre 5,3 y 16 millones de años. A lo largo de todo ese tiempo, los paisajes africanos dejaron de ser bosques para convertirse en amplias praderas, un cambio que, según el comunicado de Warwick, hizo bajar a los antiguos primates u homínidos de los árboles al suelo.
A falta de pruebas tangibles, los investigadores analizaron a un grupo actual de orangutanes, los cuales emiten sonidos similares a vocales y consonantes, y reprodujeron sus llamadas audibles en una sabana sudafricana para comprobar su alcance. «Nuestros resultados demuestran que los grandes simios vivos son una especie de máquinas del tiempo que nos permite reproducir etapas clave de la evolución del habla, el lenguaje y, en última instancia, de la mente humana», apunta la investigadora Charlotte Gannon.

Experimento

En total, detallan, hicieron sonar 487 llamadas de estos grandes simios para registrar su audibilidad a intervalos de 25 metros, cubriendo una distancia total de 400. De esta forma, descubrieron que las llamadas basadas en consonantes podían seguir oyéndose a distancias más largas que las de sonidos vocálicos: a 400 metros, se escuchaban el 80 % de los primeros, pero solo un 20 % de los segundos. Conclusión: las llamadas basadas en consonantes son más eficaces en paisajes abiertos, lo que sugiere que la transición a las llanuras abiertas podría haber sido determinante en la configuración de la comunicación vocal de los primeros homínidos.
«La aparición del lenguaje hablado durante el proceso de la evolución humana suele atribuirse a las nuevas capacidades mentales y cognitivas avanzadas a las que accedieron nuestros antepasados, pero a menudo no somos conscientes de que los organismos solo adquieren nuevas características y rasgos mediante la adaptación a nuevos entornos y nuevos retos», apunta Adriano Lameira, primatólogo y psicólogo evolutivo y uno de los autores.
«Nuestros hallazgos plantean la intrigante posibilidad de que todas las lenguas del mundo incluyan consonantes porque nuestros antepasados simiescos descendieron de los árboles debido al cambio climático hace millones de años, trayendo consigo sonidos consonánticos que resultaron mucho más eficaces que los vocálicos para la comunicación a distancia en paisajes más abiertos y secos», concluye.
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