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Los dinosaurios moldearon su entorno para la evolución de la fruta tras su extinción

Los dinosaurios moldearon su entorno para la evolución de la fruta tras su extinciónUNIVERSIDAD DE NORTHERN ARIZONA/VICTOR O. LESHIK

Dinosaurios y frutas, la teoría que da nuevas pistas sobre la evolución humana

  • Tras la extinción de los dinosaurios, los bosques volvieron a crecer más densos, impidiendo que el sol llegara a la capa del suelo, lo que, muchas generaciones después, condujo al crecimiento de semillas y frutos grandes

  • Con el tiempo, estos frutos se convirtieron en una fuente primaria de alimento para muchas especies animales, incluidos nuestros antepasados primates

La extinción de los dinosaurios pudo influir en la creación de un entorno que ayudó a la evolución de las frutas, lo que indirectamente moldeó la evolución de nuestros propios antepasados primates.

Los investigadores dirigidos por el profesor de ecoinformática de la Northern Arizona University, Christopher Doughty, encontraron evidencia de una teoría largamente considerada sobre el papel fundamental de las extinciones de los dinosaurios en la evolución de la fruta.

Los saurópodos, los animales terrestres más grandes que caminaron sobre la Tierra, fueron ingenieros de los ecosistemas, modificando profundamente sus entornos derribando árboles y comiendo grandes volúmenes de vegetación. Tras la extinción de los dinosaurios, los bosques volvieron a crecer más densos, impidiendo que el sol llegara a la capa del suelo, lo que, muchas generaciones después, condujo al crecimiento de semillas y frutos grandes. Con el tiempo, estos frutos se convirtieron en una fuente primaria de alimento para muchas especies animales, incluidos nuestros antepasados primates.

El estudio, publicado en Palaeontology, aporta pruebas mecanicistas a favor de esta teoría que los científicos llevan sospechando desde hace tiempo pero que hasta ahora no han podido demostrar a través del registro fósil. Podría ser una pieza importante del rompecabezas en el proceso evolutivo.

«A primera vista, el sotobosque más oscuro causado por las extinciones de los dinosaurios puede parecer poco importante, pero podría haber llevado directamente a la evolución de nuestros antepasados primates frugívoros», dijo Doughty.

Hace más de 66 millones de años, cuando el mundo todavía tenía dinosaurios grandes y torpes, el tamaño medio de las semillas de las plantas era pequeño y los frutos eran raros. Después de su extinción, las semillas y los frutos aumentaron exponencialmente de tamaño.

Sin embargo, no ha habido mucha evidencia que respalde esta teoría. Para abordar esto, el equipo de investigación creó un modelo en el que el tamaño de las semillas y las frutas aumentó como respuesta al sotobosque más oscuro que siguió a las extinciones de los dinosaurios, lo que coincide con las tendencias reales del tamaño de las semillas en los últimos 65 millones de años.

Incorporaron conocimientos adquiridos recientemente sobre cómo los animales grandes afectan la estructura del bosque, cómo las semillas se convierten en plántulas y árboles jóvenes y cómo el tamaño de los animales ha cambiado con el tiempo. El resultado: el modelo replicó de manera cercana las tendencias observadas en el tamaño de las semillas y los animales a lo largo del tiempo.

«Nuestro modelo predijo que estos animales abrirían el bosque lo suficiente para que la luz comenzara a entrar en el sotobosque y las semillas más grandes ya no tuvieran éxito sobre las semillas más pequeñas», dijo Doughty. «La presión evolutiva para que el tamaño de las semillas aumentara comenzó a disminuir. Por lo tanto, pudimos explicar las tendencias en el tamaño de las semillas a lo largo del tiempo sin recurrir a influencias externas como el cambio climático».

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