Ilustración de nuestra estrella y la mancha solar frente a la Tierra
Ciencia
Una mancha solar 10 veces más grande que la Tierra preocupa a los expertos: «Podríamos recibir un impacto directo»
Al contrario que el resto de manchas solares que se han detectado, AR 4079 se caracteriza por su posible influencia a la hora de generar intensas erupciones solares
En 2025 está previsto que el Sol alcance su máximo solar. A lo largo de estos próximos meses nuestra estrella alcanzará su pico de actividad más elevado de los últimos 11 años, cuyo comienzo tendrá lugar el próximo mes de julio con alrededor de 115 manchas solares. Este nuevo proceso solar llega tras un 2024 en el que se registraron tormentas solares de auténtico récord.
Sin ir más lejos, en mayo del año pasado nos enfrentamos a la tormenta solar más intensa de las últimas dos décadas. El fenómeno, bautizado como «tormenta de Gannon», no causó daños catastróficos, pero dejó tras de sí múltiples alteraciones tanto en la Tierra como en el espacio.
Mancha solar del tamaño de diez veces nuestro planeta
En resumidas cuentas, estos procesos solares tienen lugar cuando dos ciclos magnéticos solares se superponen y compiten entre sí, provocando alteraciones violentas en la corona solar. Como resultado de este fenómeno, se generan regiones en las que el campo magnético solar se abre al espacio, conocidas como agujeros coronales y traducidos en fuertes vientos solares, pudiendo afectar a comunicaciones, los satélites y, en casos extremos, incluso la infraestructura eléctrica del planeta.
A la espera de que nuestra estrella registre este pico de actividad, en los últimos días las principales agencias espaciales han estado atentas de la superficie solar, donde se ha podido observar un impresionante fenómeno.
Recientemente, astrónomos descubrieron la mancha solar AR 4079 en el centro de nuestra estrella. Esta mancha, de un diámetro de algo más de 140.000 kilómetros, equivale al tamaño de 10 veces nuestra planeta. Al contrario que el resto de manchas solares que se han detectado en la superficie del Sol, AR 4079 se caracteriza por su posible influencia a la hora de generar intensas erupciones solares. De hecho, este tipo de fenómenos se caracterizan por tener una menor temperatura –de unos 3.300 grados– que las regiones circundantes del disco solar –que oscilar en torno a los 5.500 grados–.
La gran preocupación de la comunidad científica continúa puesta en la dirección de esta mancha. Tal como ha explicado la meteoróloga italiana Margherita Erriu, si AR 4079 apuntara directamente hacia la Tierra, los efectos podrían ir desde auroras boreales hasta fallos en nuestros sistemas eléctricos y satélites.
«Si la región AR 4079 emitiera una llamarada especialmente violenta o, peor aún, una eyección de masa coronal en las próximas horas, la Tierra se vería azotada por un viento solar extremadamente intenso que podría perturbar nuestros sistemas de comunicación, navegación, radio e incluso electricidad», señaló la experta. De hecho, ya en las últimas semanas se han podido apreciar distintas llamaradas solares de clase M –medianas en intensidad– como consecuencia de este fenómeno.
De hecho, según la astrónoma de la NASA Brenda Culbertson, la gigantesca mancha habría estado posicionada en los últimos días en una ubicación que maximiza su influencia sobre nuestro planeta.
«Si ocurre una erupción importante mientras esté en esa posición, podríamos recibir un impacto directo de partículas solares», ha señalado.
De esta forma, tras los episodios solares derivados de AR 4079, ahora estaría protagonizando una fase más relajada, colocándose en la cara no visible del Sol. Asimismo, a pesar de que tiene la mitad del tamaño de la mancha que provocó el «evento Carrington» en 1859 –cuando se registró la llamarada solar más potente según los registros–, los distintos organismos mantienen una vigilancia constante del Sol y sus posibles cambios.