El químico de la Universidad San Pablo CEU, Javier Pérez Castells

El químico de la Universidad San Pablo CEU, Javier Pérez Castells

Cómo se distribuye la riqueza según el índice Gini, por el profesor Castells

El profesor informa sobre esta herramienta clave para medir las desigualdades económicas a nivel global

El químico de la Universidad San Pablo CEU, Javier Pérez Castells, analiza en este vídeo para El Debate el índice de Gini, una herramienta clave para medir las desigualdades económicas a nivel global. Este índice se basa en la curva de Lorenz, la cual muestra la relación entre la proporción de hogares y la proporción de riqueza en un país. La diferencia entre una distribución equitativa de la riqueza y la realidad económica de un país se refleja en el valor del índice, que varía entre el cero (reparto perfecto) y el uno (reparto completamente desigual).

Castells explica que, aunque el índice de Gini presenta dificultades para su medición, debido a la variabilidad de los datos disponibles, los países con los índices más bajos, es decir, los que tienen un reparto más equitativo de la riqueza, se sitúan en un rango más bajo, mientras que los países con los índices más altos, como Sudáfrica, tienen un reparto mucho más desigual. Según los organismos internacionales, un índice por encima de un umbral determinado podría generar problemas sociales y violencia debido a la desigualdad económica.

En cuanto a la situación global, Castells señala que los países más pequeños o algunos más pobres, como Eslovenia, Eslovaquia, Kirguistán o los Emiratos Árabes Unidos, presentan un índice relativamente bajo. En contraste, en África, países como Sudáfrica, Botsuana o Namibia enfrentan niveles alarmantes de desigualdad. En el caso de España, el profesor destaca que su índice se encuentra en un nivel cercano a la media europea, siendo ligeramente más alto que algunos países con mejor reparto de la riqueza, como Eslovenia o Eslovaquia.

El profesor Castells concluye que, a pesar de que el índice Gini tiene limitaciones, los datos sugieren una mejora general en la distribución de la riqueza mundial, especialmente en las últimas décadas, con una tendencia a la reducción de la desigualdad. Sin embargo, advierte que durante la pandemia se produjo un ligero retroceso en la distribución equitativa, aunque no de forma significativa.

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