Lanzamiento del satélite el satélite MTG‑S1 europeo
Europa lanza el satélite MTG‑S1, marcando un antes y después en la predicción meteorológica
El nuevo satélite ofrecerá datos para anticipar tormentas, conocer la calidad del aire y reforzar la seguridad ante eventos climáticos severos
Este martes, desde el Centro Espacial de Cabo Cañaveral, despegó rumbo al espacio el satélite MTG-S1. El lanzamiento, a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, se produjo a las 21:04 GMT y fue todo un éxito. Detrás de esta misión están la Agencia Espacial Europea (ESA) y Eumetsat —la organización europea que gestiona los satélites meteorológicos—, que han unido fuerzas para dar un paso de gigante en la observación del clima desde el espacio.
El MTG-S1 pesa alrededor de 1,8 toneladas y forma parte de un ambicioso plan europeo que busca renovar por completo la flota de satélites Meteosat. El objetivo es claro: mejorar notablemente la capacidad para predecir fenómenos meteorológicos, especialmente aquellos más extremos. Y es que con la tecnología de tercera generación que incorpora este nuevo satélite, la precisión y la velocidad de la información alcanzan un nuevo nivel.
Este es el segundo de los seis satélites que están previstos dentro de esta nueva familia. El primero, el MTG-I1, se lanzó en diciembre de 2022. Ahora, ambos trabajarán juntos desde el espacio para ofrecer datos meteorológicos mucho más detallados y en tiempo casi real, una herramienta clave para proteger vidas y recursos frente a tormentas, olas de calor, inundaciones o incendios forestales.
Pero eso no es todo. El MTG-S1 también lleva a bordo un instrumento revolucionario: el Sentinel-4, que forma parte del programa europeo Copernicus. Su misión es observar algo que muchas veces pasa desapercibido pero que nos afecta directamente: la calidad del aire que respiramos. Este sensor será capaz de detectar contaminantes como el ozono, el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre o las partículas en suspensión, incluidas cenizas volcánicas. Para ello, utiliza un espectrómetro de imágenes que capta desde el ultravioleta hasta el infrarrojo cercano.
A diferencia de otros satélites que orbitan más cerca de la Tierra, el Sentinel-4 estará colocado en una órbita geoestacionaria, a unos 36.000 kilómetros de altitud. Eso significa que siempre «mirará» al mismo punto del planeta —en este caso, Europa— y podrá hacer barridos cada hora. Es un cambio radical respecto a los sistemas actuales, que solo ofrecen una imagen diaria del continente.
Desde Eumetsat no han dudado en calificar este lanzamiento como un momento histórico. Y no es para menos. La nueva generación de Meteosat, que lleva en marcha desde 1977, da ahora un salto tecnológico que no solo mejorará nuestras predicciones del tiempo, sino que también reforzará la vigilancia ambiental en un momento en el que la contaminación del aire es un desafío cada vez más urgente.