El telescopio espacial Hubble de la NASA volvió a observar el cometa interestelar 3I/ATLAS el 30 de noviembre, con su instrumento Wide Field Camera 3
Ciencia
Fecha exacta en la que 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano con la Tierra: ¿se podrá ver a simple vista?
Este objeto no supone ningún peligro, pues pasará al doble de la distancia que separa la Tierra del Sol, y para verlo hará falta un telescopio de mediano tamaño
El cometa 3I/ATLAS llegó desde más allá del sistema solar y, antes de proseguir su viaje por el espacio, el próximo día 19 alcanzará su punto más cercano a la Tierra, unos 270 millones de kilómetros, momento que los mayores telescopios aprovecharán para estudiar esta especie de «eslabón perdido».
Este objeto no supone ningún peligro, pues pasará al doble de la distancia que separa la Tierra del Sol, y para verlo hará falta un telescopio de mediano tamaño.
A pesar de algunas teorías que han circulado, sus características, color, velocidad y dirección «coinciden con lo que esperamos de un cometa», indica la NASA estadounidense en su web.
Este viajero interestelar podría ser «una especie de eslabón perdido, un objeto prístino que escapó de su sistema planetario hace miles de millones de años», dice a EFE el investigador del Instituto de Ciencias del Espacio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) Josep Maria Trigo-Rodríguez.
De hecho, podría ser el cometa más antiguo observado, incluso 3.000 millones de años más antiguo que el sistema solar, que tiene 4.600 millones, según consideran los astrónomos basándose en su trayectoria, señala en su web la Agencia Espacial Europea.
Descubierto el 1 de julio, cuando estaba ya en la órbita de Júpiter, 3I/ATLAS se formó en otro sistema solar y, de alguna manera, fue expulsado al espacio interesterlar. Tras un viaje de millones de años ha llegado a nuestro vecindario, pero solo de paso y se irá para no volver.
Este es el tercer objeto interestelar conocido que se ha observado: el primero fue 'Oumuamua, descubierto en 2017 y después 2I/Borisov, en 2019. Todos ellos contienen pistas sobre la formación de otros mundos mucho más allá de nuestro sistema solar.
Desde que fue avistado por primera vez, por el telescopio del Sistema de Alerta Temprana de Impactos Terrestres de Asteroides (ATLAS) en Río Hurtado (Chile), el cometa ha sido estudiado por todos los medios al alcance.
Los telescopios espaciales Hubble y James Webb, el satélite Tess, la misión Mars Express, el observatorio solar y heliosférico (SOHO) o la sonda europea Juice, en su camino hacia Júpiter, han puesto sus ojos e instrumentos sobre él.
El objetivo es saber cómo viaja a través de nuestro vecindario y conocer su composición, lo que «abre una ventana a cómo se forman los planetas fuera del sistema solar», explica en un vídeo el científico planetario del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa Gerónimo Villanueva.
¿Será fácil verlo?
270 millones de kilómetros son muchos para intentar ver el cometa a simple vista, aunque en los próximos días sí podrá observarse con telescopios de tamaño medio. Sin embargo, Trigo advierte de que «no es fácil de ver, al no ser muy brillante». Para intentarlo habrá que estar en un lugar oscuro, conocer previamente su posición entre las estrellas o usar un telescopio que lleve a sus coordenadas exactas.
Durante su paso cercano a la Tierra y, posteriormente, podrá ser observado en el cielo antes del amanecer hasta la primavera boreal del año que viene.
«3I/ATLAS puede ser observado en el cielo antes del amanecer, incluso con un pequeño telescopio, y permanecerá observable hasta la primavera boreal de 2026», señaló la NASA.
La aparición de este cometa visitante suscitó la idea de que podría tratarse de un objeto interestelar tecnológico, hipótesis no descartada, entre otros, por el astrofísico de la Universidad de Harvard Avi Loeb, al presentar algunas características inusuales.
Sobre esas teorías, Trigo manifiesta: «la comunidad de estudio de los cuerpos menores está enfadada y preocupada. Lo que hemos vivido es una desgracia para la ciencia y para los que nos dedicamos a divulgarla, porque se nos pone en duda y acusa de 'ocultar' cosas»
Para el astrófísico, es «una pena que ciertos colegas hayan promovido tales hipótesis sobre la naturaleza artificial del 3I/ATLAS sin ninguna razón, con toda la evidencia obtenida con grandes telescopios sobre la naturaleza cometaria del objeto».
Desde la NASA, su administrador asociado, Amit Kshatriya, señaló hace unas semanas, cuando se hicieron públicas varias imágenes y datos, que «el objeto es un cometa. Parece y se comporta como un cometa y todas las evidencias apuntan a que es un cometa».