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Verónica Forqué, con su hija María, en la primera prueba de la noche

La ida de olla definitiva de Verónica Forqué en ‘MasterChef Celebrity’

La actriz alegó cansancio tras desquiciar a su equipo en la prueba de exteriores y no se presentó al duelo de eliminación. El jurado de la décima gala decidió que no hubiese eliminados

Había desquiciado a sus compañeros en la prueba de exteriores, así que, cuando no la vieron aparecer en el duelo de eliminación, el resto de los aspirantes sintieron un gran alivio. Hablamos de Verónica Forqué, la hasta ahora gran protagonista de MasterChef Celebrity, quien alegó cansancio para justificar su ausencia, lo que, ¡sorpresa, sorpresa!, no implicó su eliminación inmediata. Los espectadores primero pensamos que se trataba de una broma de los chefs. Pero cuando se comprobó que el asunto iba en serio, y que la Forqué no iba a pasarse por el plató, llovieron en las redes las acusaciones de «tongo» y de «favoritismo» hacia la actriz. Ya sabemos que los españoles somos –en Twitter al menos– de gatillo fácil. Mientras medio país aún rabiaba online porque se iba a ir un aspirante pese a hacer más méritos que la ausente actriz, resultó que no. Fue el día más salomónico de MasterChef: no se fue nadie.
¿Y Verónica? ¿Volverá? En el avance del próximo episodio, que será el undécimo, tampoco se le ve en los fogones, ni en los del plató ni en los de DiverXO, que serán los de la prueba de exteriores. Y eso es todo lo que se puede saber a día de hoy. Esta despedida a la francesa puede haber sido la ida de olla definitiva de Verónica Forqué en MasterChef Celebrity, un programa que sin ella será como una tortilla sin sal.

Para abrir boca, la familia

Siempre que MasterChef encara su recta final las familias de los aspirantes se dejan ver por el plató. En la primera prueba de la noche, el cantante David Bustamante, el ‘repescado’ presentador de televisión Miki Nadal, el periodista Juanma Castaño y las actrices Belén López, Verónica Forqué y Carmina Barrios saludaron a los suyos al calor de los fogones.

Juanma Castaño celebra su triunfo en la primera prueba de la décima gala

Y no solo eso, sino que los acompañaron como pinches de cocina. El reto consistía en reinterpretar, aplicando técnicas de vanguardia aprendidas en el talent, el plato favorito de sus familiares.
La Forqué y su hija María hicieron un salmorejo. Bustamente y su hermano Igor, carrilleras al vino tinto con patatas fritas. Miki Nadal y su ahijada Adriana, ternasco asado con patatas. Belén López y su pareja Añil, una cazuela de fideos y mariscos. Carmina Barrios y su hijo Paco León, patatas guisadas con costilla. «Casi se muere cuando nací. Estuvo un mes en coma», contó Juanma Castaño de Tere, su madre, con quien cocinó patitas redonditas con gambas.
No acabaron de ligar la costilla y las ‘papas’ sobre la que Carmina Barrios la apoyó. Miki Nadal, que asumió el plato sin apenas ayuda de su ahijada, cocinó un puré rico y una costilla en su punto, pero no pasó del cinco y medio. Belén López se olvidó de coger los fideos en el súper y le sentó bien la improvisación: «El caldo es un escándalo», elogió Pepe Rodríguez. Por primera vez en MasterChef Celebrity, Verónica Forqué cocinó acompañada sin abroncar a nadie: ella y su hija María abusaron del ajo, se olvidaron del huevo y optaron por añadir un toque de miel al salmorejo. Bustamante y su hermano actualizaron las carrilleras con guiños a la cocina mexicana y asiática: «Estaba de chuparse los dedos», juzgó Samantha Vallejo-Nágera. El plato de Castaño y su madre quedó «muy bueno», concordaron los chefs.
Juanma Castaño, Belén López y Bustamante fueron, por este orden, los mejores de esta primera prueba.

Prueba de exteriores

La prueba de exteriores llevó a los aspirantes hasta Tenerife, al resort The Ritz-Carlton Abama. Allí se encuentran las cocinas del Restaurante M.B de Martín Berasategui –con dos estrellas Michelin en este restaurante y doce en total– y del Kabuki Abama, liderado por Ricardo Sanz –una estrella Michelin en este local–.

Verónica Forqué y Belén López se pelean por la olla express

Juanma Castaño ejerció de capitán de los dos equipos, que él mismo repartió.
Verónica Forqué, Belén López y Miki Nadal formaron el equipo azul, al que el periodista adjudicó el menú de Berasategui: ostra escabechada con granizado de sake de pepino y bruma marina (entrante); costillar crujiente de cochinillo negro canario, membrillo de vino tinto, manzana y limón (principal); y lichi sobre espiral de caramelo, crema helada de yogur y nieve láctea (postre).
Carmina Barrios y David Bustamante integraron el conjunto rojo, al que correspondió el menú en teoría más difícil, el japo-cañí diseñado por Sanz: gunkan de tuétano y caviar, y niguiri de toro salmorejo (entrante); costilla de wagyu en salsa teriyaki (principal); y cremoso de chocolate blanco y yuzu con gelée de vainilla de Tahití y pipas garrapiñadas (postre).

Bustamante, eufórico tras ganar la prueba de exteriores

Elaboraron treinta raciones de cada uno de los platos, que fueron degustados por clientes habituales de este hotel.
El que más sufrió con la prueba fue, como era de esperar, Juanma Castaño. Le gastaron el nombre de tanto llamarlo, sobre todo los del equipo azul, donde Verónica Forqué volvió a ser un verso suelto. Se le dio por probar toda elaboración que había en los fogones, estuviese lista o no, para desesperación de sus compañeros. Por quitar instrumental a sus compañeros. Por intentar abrir ollas. Fueron, en definitiva, una sucesión de idas de olla por parte de la actriz. «Mejor pocos y buenos que muchos y alborotados», reflexionó Bustamante a la vista del follón que había en la otra esquina, y en ausencia de su capitán.
La carne sin guarnición y el postre, que en nada se parecía al diseñado por Martín Berasategui, condenaron al equipo azul, y con él a su capitán presente, el periodista Juanma Castaño. Los ganadores, Bustamante y Carmina Barrios, fueron proclamados semifinalistas

Prueba de eliminación sin Verónica

La noche se cerró con otro clásico del talent culinario. Los delantales negros participarán en los duelos. Cada aspirante seleccionó una campana y, tras ver el plato a reproducir, eligió contra quién batirse en un mano a mano. El mejor se salvó de la eliminación, mientras que el perdedor tuvo que descubrir una nueva campana y enfrentarse al adversario que él designó.

Miki Nadal celebró a lo Kiko su permanencia en el programa

Los duelistas iban a ser cuatro, pero Verónica Forqué se excusó con un audio de WhatsApp, alegando estar «agotada» y sin fuerzas para competir, así que no compareció. «Volveré cuando esté buena», anunció. Los chefs no la dieron por eliminada ni ofrecieron mayor explicación. Ni un minuto tardaron en llover en las redes las acusaciones de «tongo» y las denuncias de «favoritismo» del programa hacia la actriz, que –en esto no falta razón a las hordas de Twitter– ha sido la gran mimada de un programa que premia al que ofrece chicha televisiva. Y en eso la Forqué, con sus idas de olla, es imbatible.
Volviendo a la prueba en sí, el chef japonés Hideki Matsuhisa –avalado por una estrella Michelin– les explicó cómo cocinar ramen. Y a ello se pusieron. Carmina eligió que Belén fuese la primera duelista, y ésta eligió batirse con Juanma Castaño, a quien superó de largo.
Así que el ‘descenso’ de categoría quedó entre Nadal y Castaño, todo un derbi de la amistad. Antes del programa no se tragaban –el humorista había humillado reiteradamente al periodista en un programa en Real Madrid TV – pero los fogones de MasterChef los han unido. Tanto han intimado que en este duelo final hubo un empate técnico. Igualada a brillantez. Incapaces de eliminar a uno de los dos, los jueces fueron más salomónicos que nunca y decidieron que ambos continuasen en liza, quedando así ungidos como semifinalistas.

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