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17 de mayo de 2024

Maya Gómez Kemp era la presentadora del Un, dos, tres en los años 80

Maya Gómez Kemp era la presentadora del Un, dos, tres en los años 80GTRES

Televisión

10 frases míticas del 'Un, dos, tres' para celebrar los 50 años del concurso

El mítico concurso de TVE se emitió por primera vez el 24 de abril de 1972. Aquí recordamos una época muy especial del programa: la de los años 80

Cada uno tiene su versión del Un, dos, tres, normalmente ligada a la infancia o a la adolescencia. Cada uno que no es insultantemente joven, claro, porque muchos no habían nacido aún con ninguna de las ediciones del mítico concurso de TVE. Aquí nos centramos en el recuerdo del Un, dos, tres de los años 80 que presentaba Mayra Gómez Kemp los viernes por la noche y algunas de las frases más famosas del programa.

Y hasta aquí puedo leer

Mayra Gómez Kemp, presentadora mítica del Un, dos, tres, culminaba la lectura de aquellas tarjetas en las que (supuestamente) daba pistas a los concursantes con una frase que, en el fondo, no nos gustaba mucho: Y hasta aquí puedo leer. No nos gustaba que Mayra se hiciese la interesante en ese momento en el que queríamos saber más cosas sobre el premio que escondía cada objeto de la subasta. La tarjeta salía volando de las manos de Mayra en dirección al público.

Han sido 10 respuestas acertadas, a 25 pesetas cada una… ¡250 pesetas!

La lista de azafatas del Un, dos, tres que dieron el salto a la fama incluye nombres como Silvia Marsó, Victoria Abril, Lydia Bosch, Miriam Díaz-Aroca, Paula Vázquez, Nina, María Abradelo, Diana Lázaro y Kim Manning. Con sus grandes gafas y calculadora en mano (o en pierna), las azafatas comunicaban el modesto premio que correspondía a cada pareja de concursantes en la primera fase del concurso. Para los más jóvenes, un euro equivalía a 166 pesetas. Y como cada respuesta acertada en los años 80 valía 25 pesetas, el premio muchas veces no pasaría hoy de uno o dos euros.

Son amigos y residentes en Madrid

A veces sería verdad que la pareja de concursantes que presentaba Mayra Gómez Kemp la formaban realmente dos amigos. Sin embargo, casi todos pensábamos que bajo esa frase se escondía algo más que una amistad…

¡Campana y se acabó!

Paloma Hurtado tocaba la campana cuando se acaba el tiempo de los concursantes para responder al grito de campana y se acabó. Junto a ella estaban sus hermanas Teresa y Fernanda, hijas de la actriz Mary Carrillo, que encarnaban a las tacañonas.

Veintidó. Veintidó. Veintidó, veintidó, veintidó…

Manolo Sarria y Juan Rosa formaban el Dúo Sacapuntas, que también nos enseñó que la plaza de toros estaba «abarrotá», acostumbraba a despedirse cada viernes al grito de «Veintidós» con acento andaluz. El número ahora se habría convertido en viral en las redes sociales.

Esta ya es la refinitiva

Ángel Garó desplegó personajes como Pepe Itarburi y Juan de la Cosa, que tenía una habilidad especial para estropear los chistes que contaba. Por eso, antes de que se escuchase la voz de Chicho Ibáñez Serrador invitando al humorista a terminar su horrible actuación, Juan de la Cosa se autoanimaba con la frase «esta es la refinitiva».

¡No, hija, no!

El genial Antonio Ozores hablaba a toda velocidad en sus apariciones en el Un, dos, tres. Tanto que, a propósito y con una facilidad pasmosa para conseguirlo, no se le entendía más que alguna frase suelta como ‘no, hija, no’. Visto y escuchado es más gracioso que así, leído.

¿Por qué seráaaa?

La frase es de La Bombi, el personaje de la actriz Fedra Lorente que pecaba de inocente cada vez que entraba en escena. De inocente por lo que decía, no por los atrevidos atuendos que lucía cada semana.

Un, dos, tres; un, dos, tres, dentro de un momento, volvemos otra vez

Esa era la frase que anunciaba la pausa para la publicidad en el Un, dos, tres. El problema es que en aquel momento, los viernes por la noche de los años 80, uno ya acumulaba cansancio y sueño de sobra como para mantenerse despierto en los anuncios.

Han ganado (o perdido) este maravilloso apartamento en Torrevieja

El apartamento en Torrevieja (Alicante) era el premio más ansiado del Un, dos, tres en los años 80. Por eso era también el que más dolor provocaba a los concursantes que lo perdían y se llevaban, en cambio, a la calabaza Ruperta. Había algo, sin embargo, que imaginamos que resultaba aún más doloroso en ese fatídico momento: que la buena de Mayra Gómez Kemp acompañase la pérdida con frases del tipo: «Esto es el Un, dos, tres: unas veces se gana, otras se pierde. Les ofrecí 300.000 pesetas y no las quisieron…».
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