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04 de mayo de 2024

Martin Scorsese, en el centro, durante el rodaje de la película El irlandés

Martin Scorsese, en el centro, durante el rodaje de la película El irlandésNetflix

Cine

Más películas comerciales y menos Scorsese: Netflix cambia su política de estrenos ante la caída de suscriptores

Netflix –con el objetivo de posicionarse como una productora de renombre en la industria y por tener contenido diferenciador– decidió contar con directores como Noah Baumbach (Historia de un matrimonio), Jane Campion (El poder del perro), David Fincher (Mank), Martin Scorsese (El irlandés) y Alfonso Cuarón (Roma) para conseguir premios y construir un catálogo fuerte de películas en base a los cineastas más prestigiosos. Además, la compañía ha optado por dar carta blanca a grandes producciones como El agente invisible (The Gray Man) –con Ryan Gosling, Chris Evans y Ana de Armas–, que tiene unos costes que ascienden a 200 millones de euros, y series como Stranger Things que solo con su cuarta temporada le ha costado 270 millones de euros –30 millones por episodio– a Netflix.
Sin embargo, la compañía ha disminuido un 40 % su valor en bolsa desde el pasado 19 de abril debido a la pérdida de 200.000 suscriptores que ha ido sufriendo la distribuidora desde diciembre del 2021. Además, se esperan caídas de millones de abonados en los próximos meses. Es por eso por lo que Netflix ha tenido que replantear la forma de hacer las cosas.
Según The Hollywood Reporter, Netflix está reenfocando su producción de contenido hacia proyectos más pequeños, en lugar de películas de alto presupuesto. Aunque todavía producirán ciertos proyectos ambiciosos, están tomando la decisión de abordar proyectos futuros con más disciplina y precaución en lugar de simplemente dar carta blanca y dinero a los creadores. Una fuente interna ha declarado que «esta tendencia de hacer cualquier cosa para atraer talento y darles carta blanca va a desaparecer».
Netflix es consciente de que ha estado despilfarrando dinero por un ansia de posicionarse como la mejor plataforma de streaming. Sin embargo, sus decisiones han llevado a la compañía a una gran pérdida de suscriptores y a numerosos despidos. Por ejemplo, El irlandés, que costó 175 millones de euros, no llegó a triunfar dentro de Netflix ni en las galas de premios como sí se esperaba que lo hiciera. Netflix no dejará de hacer grandes producciones ni dejará de producir películas independientes, pero sí que las hará en mucha menor cantidad para que la compañía pueda seguir a flote.

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