José Ángel de la Casa, en el reciente especial en Teledeporte con motivo de los 50 años de Estudio Estadio
La Semana de la Tele
De José Ángel de la Casa a Paloma del Río: las voces de siempre del deporte en TVE que merecen una medalla
Los lectores de El Debate han elegido a José Ángel de la Casa como el mejor narrador de fútbol en televisión en la misma semana en la que Paloma del Río se despide de TVE
Esta semana hemos preguntado a los lectores de El Debate por el mejor narrador de fútbol de la televisión. Hace muchos años, antes de la llegada de las televisiones privadas, la encuesta no habría tenido sentido porque no había tantos narradores como ahora: solo existía TVE y los partidos de fútbol que veíamos en los años 80 llevaban la voz de José Ángel de la Casa. En 1990 llegaron Canal+ y Carlos Martínez, que ya suma 33 años consecutivos como narrador de fútbol, ahora con Movistar+.
La encuesta de El Debate incluía hasta 15 nombres de profesionales que ponen voz a los partidos de fútbol en la televisión en España –y aún hay unos cuantos más, pero no cabían todos en la lista–. Entre ellos, narradores tan excelentes, dinámicos y precisos en el toque del lenguaje como José Sanchis o Miguel Ángel Román, que también figuran entre los favoritos para los lectores de El Debate. El más votado ha sido el único de todos ellos que no está en activo: José Ángel de la Casa. El segundo, que ha quedado cerca del primero, es Carlos Martínez.
Que el fútbol tenga tantas y tan cualificadas voces en la televisión –la mayoría de pago, eso sí–, como también las tiene en la radio –especialmente en la COPE–, es motivo de alegría. Y que, transcurrido tanto tiempo, los lectores de El Debate recuerden con cariño a un profesional con la impecable trayectoria de José Ángel de la Casa –que padece párkinson desde sus últimos años en TVE–, también lo es. Sobre todo porque no siempre se fue justo con un hombre como él a quien le acompañaba con frecuencia la etiqueta de aburrido.
En un mundo tan dado a los egos como el de la televisión, José Ángel de la Casa cedía todo el protagonismo al juego, a los futbolistas. José Ángel de la Casa no era aburrido en sus retransmisiones. Era serio en su trabajo. Generoso. Humilde.
La Selección Española tuvo que marcar 12 goles, los del famoso 12-1 del España-Malta que nos clasificó milagrosamente para la Eurocopa de Francia en 1984, para que José Ángel de la Casa, de forma involuntaria, se convirtiese en protagonista por su gallo al cantar el gol de Señor.
Ahora se buscan los artificios en las retransmisiones de los partidos de Liga, con micrófonos en las charlas técnicas y cámaras en los vestuarios, cuando antes no necesitábamos más que la imagen del partido y una voz para acompañarlas como la de José Ángel de la Casa. Su tándem con Míchel como comentarista –Guti y Álvaro Benito, en la actualidad, también me parecen brillantes en ese papel– fue un acierto que no todos supieron ver en su momento.
José Ángel de la Casa y Míchel, en una imagen de 2003
Antes, en el Mundial de Estados Unidos en 1994, cuando Javier Clemente cometió la tropelía e insensatez de apartar al jugador del Real Madrid de la Selección Española, a José Ángel de la Casa y a Míchel se unió José Luis Garci. Me resulta tan difícil encontrar un equipo de comentaristas mejor que, casi 30 años después, aún no lo he encontrado.
José Ángel de la Casa salió hace ya 16 años de TVE. En los últimos meses lo han hecho otros grandes profesionales que han dedicado su vida a contarnos el deporte, como Jesús Álvarez y Nacho Calvo. Y este domingo, con la final por aparatos del Mundial de gimnasia rítmica, se despide de la competición Paloma del Río.
En unos días, el 5 de septiembre, después de 37 años en TVE y con 16 Juegos Olímpicos a sus espaldas (nueve de verano y siete de invierno) se jubila la mujer que tanto nos ha ilustrado sobre el olimpismo, la gimnasia, el patinaje, la hípica y todos los deportes que, con sus comentarios, ya no eran tan minoritarios. Como José Ángel de la Casa, como Jesús Álvarez, como Nacho Calvo y tantos otros rostros y voces del deporte de siempre en TVE, con el valor añadido de contar lo que veía, de explicar lo que pasaba, con pasión pero sin colgarse medallas.
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