Beckham y Victoria, al inicio de su relación
Netflix
Lo que Victoria dijo a Beckham antes del peor partido de su vida (y no tendría que haberle dicho)
Una serie documental reconstruye la expulsión en el Mundial Francia 1998 que cambió la vida del futbolista
El partido era en Saint-Etienne. El 30 de junio de 1998. Octavos de final del Mundial de Francia: Inglaterra-Argentina. Los dos países de la guerra de las Malvinas. Los que se cruzaron en México 86 cuando la mano de Dios. Al descanso se llegó con un empate a dos goles. A la vuelta del vestuario, en el minuto 47, ocurrió el hecho que cambió la vida de David Beckham. La patada. Así se titula precisamente el primer episodio de la serie documental que Netflix dedica al exfutbolista.
¿Qué hizo? Pues reaccionando a un empujón de Simeone que lo tiró al césped, soltó una coz con su pierna derecha que impactó en la parte trasera de la rodilla derecha del argentino. El hoy técnico del Atlético de Madrid teatralizó la caída. El árbitro mostró roja al inglés. El partido llegó a la tanda de penaltis. Ganó Argentina.
Acabado el partido, el seleccionador inglés, Glenn Hoddle, no le echó un capote, sino todo lo contrario: «Nos lo ha costado [el partido]. Nos ha costado caro».
En el segundo capítulo del documental se habla de las repercusiones de aquella acción. Fueron terribles para él.
«Ojalá existiera una pastilla que pudiera borrar ciertos recuerdos», dice el Beckham del presente, el que ahora ejerce como presidente del Inter de Miami. «Cometí un estúpido error. Y ahora, pese a que ya tengo 47 años, sigo torturándome a mí mismo por lo ocurrido». Al Simeone del presente le preguntan si aquella roja fue merecida: «Absolutamente no. El contacto es mínimo. Hay una exageración».
El momento de la expulsión de Beckham en el Mundial 1998
Beckham se marchó a Nueva York a ver a su spice embarazada, a la que hacía dos meses que no veía. Pensó que a la vuelta quizá las aguas estarían más calmadas. Pero no. «Duró meses», recuerda el acaso Gary Neville, su compañero en la banda derecha del Manchester United y de Inglaterra, . «Todo el país me odiaba», admite el protagonista de la acción.
Odio nacional
Como una «auténtica deshonra» para la nación se calificó la patada de marras. Pasó a ser el «spice estúpido». En la fachada de un pub de Londres hasta apareció un muñeco de él casi a escala real colgado de una soga. Cuando caminaba por la calle, la gente le escupía. Cuando salía a cenar, los amigos se turnaban para acompañarle al baño, para que no fuese solo. Cuando su coche se paraba en el semáforo, le golpeaban las ventanillas.
«Cuando he pasado por momentos difíciles he sido capaz de bloquearlos. Pero, por dentro, esto me mataba», admite el futbolista. «Estaba muy deprimido, absolutamente deprimido clínicamente. Me dolió tantísimo que todavía quiero matar a esta gente», sentencia Victoria Beckham.
En el primer capítulo se desvela un hecho que pudo haber influido en el estado emocional de Beckham aquella tarde de junio. El día 29 de ese mes, Victoria Beckham no se limitó a hacer comentarios banales cuando habló con él por teléfono desde Estados Unidos. Cosas como «estabas muy guapo, pero arréglate el pelo, tienes que teñirte las raíces» que le había dicho días atrás.
«Estaba en Brooklyn. Se lo dije a David la noche antes del partido», recuerda ella. ¿Qué le dijo? Pues que acababa de hacer un test y estaba embarazada. «Estaba muy feliz. Ambos lo estábamos. Nunca hubo ninguna duda en mi mente de que no tuviera que decírselo. A ver, era lo que queríamos», reflexiona la spice pija. Descentró a su marido. Cuando en el documental el entrevistador le pregunta si no pensó en irse a Nueva York en ese momento, él responde: «Es lo primero que quise hacer. No pude. Estábamos en un gran campeonato». Pero el hecho es que su cabeza estaba en Brooklyn.
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