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Carlos Alcaraz se sincera en 'El Hormiguero' y en su documental: «Quiero equivocarme por mí mismo»

Carlos Alcaraz se sincera en 'El Hormiguero' y en su documental: «Quiero equivocarme por mí mismo»Antena 3

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Alcaraz revela los dos tenistas que le ponen más nervioso: «Son los que más me imponen»

El tenista murciano, con solo 21 años, habla en El Hormiguero sobre su trayectoria, su entorno, y el equilibrio entre la fama, la disciplina y su deseo de seguir disfrutando del tenis sin perder su esencia

El tenista Carlos Alcaraz ha sido el invitado de El Hormiguero en Antena 3 para hablar sobre el documental «Carlos Alcaraz, a mi manera». A sus 21 años, ya es una leyenda del deporte con títulos como Roland Garros, Wimbledon y el actual puesto número 3 del ranking mundial. La serie documental, disponible en Netflix, recorre su trayectoria desde la infancia hasta la élite del tenis profesional, mostrando su familia, sus amigos y su evolución como deportista.

Alcaraz llegó al plató de Pablo Motos con humor: «Con la voz sexy —dice—. Es que estoy un poco resfriado, pero… no he ido de copas». A lo largo de la entrevista y en el documental, se muestra como un joven inconformista, que discute decisiones con su equipo técnico, liderado por Juan Carlos Ferrero, especialmente en los momentos en que se le pide frenar y priorizar su carrera.

«Yo escucho, no escucho… quiero tener mis propias iniciativas y equivocaciones. A veces me dicen que no toca, pero yo voy. Aunque no me voy igual, noto que no les ha gustado», reconoce. Su entorno lo entiende: puede salir y divertirse, pero siempre con el tenis presente en su mente. Las escapadas a Ibiza con amigos no preocupan, aunque Ferrero le advierte:

«Últimamente fuiste a la Fórmula 1. Yo te dije que no tocaba y tú me dijiste que sí, que lo necesitabas. Fue tu decisión y la acepté, aunque ya sabes que no siempre estaré de acuerdo».

Ser el mejor del mundo es complicadísimo, pero Alcaraz va por buen camino. Comparado con leyendas como Nadal, Djokovic o Federer, su entorno observa con atención cómo gestiona el éxito precoz. «He evolucionado mucho. Es verdad que muy pocos pueden vivir del tenis. Las victorias me dan confianza», asegura. Su sonrisa en la pista conecta con el público, mientras aprende a convivir con el sufrimiento: «Aquellos calambres... cuando tienes más nervios de la cuenta, pasa. Ahora gestiono mejor el dolor. Detectas que estás mal, pero sigues adelante».

Durante la entrevista, Alcaraz también dejó anécdotas simpáticas: «Sí, soy de decir 'bro' —admitió—. Y cuando celebramos un triunfo, bebo un poco de ginebra». Motos le recordó la frase que dijo tras ganar en París: «Hoy cenamos en vaso».

En Wimbledon, siendo junior, le pidieron que usara calzoncillos blancos porque los suyos se transparentaban, algo no permitido en Londres. «Desde entonces, siempre los llevo blancos», explicó entre risas. Le incomoda subir o bajar escaleras, y los dos rivales que más le ponen nervioso son Jannik Sinner, actual número uno, y Novak Djokovic.

Su comida favorita es la paella y el clásico bocadillo de pan tostado con jamón, tomate y aceite. Dice que el mejor lugar para ver tenis es desde las esquinas del fondo de pista. Su rutina previa a un partido incluye una hora de fisioterapia, entre 30 y 40 minutos de calentamiento, y pocas palabras con su rival, aunque estén juntos en la sala de espera.

El propio Rafa Nadal, en el documental, le deja un sabio consejo: «Mi miedo sería ver el tenis como una obligación». De momento, Carlos Alcaraz sigue disfrutando, tomando sus propias decisiones y soñando con alcanzar el número 1 del mundo.

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