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John Wayne (1960)

John Wayne (1960)GTRES

Cine

John Wayne, el perfecto héroe americano que vivió siempre acomplejado por no ir a la guerra

El carismático y convincente actor hizo más 150 películas entre wésterns, aventuras, melodramas y cine bélico

Sigue siendo uno de los actores de Hollywood con el que más y mejor se identifica no sólo la grandeza del cine sino la grandeza del pueblo americano, esa idea -casi ideológica- que la industria fomenta desde sus primeros días y que actores como John Wayne encarnaron como nadie. Fue una estrella de verdad, de las grandes, de las que movían masas porque el público le adoraba. Y es que pocos actores como él reflejaron mejor al tipo duro y valiente, pero rebosante de integridad y de valores. Pocos como él son una estampa más lúcida del perfecto héroe americano. Pero John Wayne vivió siempre con una carga que le avergonzaba. Y es que el perfecto héroe americano, jamás pisó el frente de batalla.

En 1939, cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, John Wayne protagoniza La Diligencia de John Ford, la película que le convierte en una de las estrellas emergentes con más valor de Hollywood. Su entrada en la industria había sido como obrero de la construcción, pero su imponente físico hace que se fijen en él y varios amigos le animan a probar suerte en un par de castings. Está diez años haciendo películas mudas, wésterns modestos y toda clase de papeles más o menos relevantes. Diez años de trabajo duro y de promesas de que algún día cambiaría su suerte. Hasta que John Ford se la cambió.

Después de La Diligencia, que en su momento no fue una película de éxito, su nombre empezó a sonar cada vez con más fuerza. En los siguientes dos años hizo ocho películas, casi todas con Republic Pictures, la compañía que le tenía bajo contrato y que empezó a ver en él la gallina de los huevos de oro.

Por eso, cuando en diciembre de 1941, Estados Unidos entra en la guerra, la compañía hace todo lo posible por evitar que su niño bonito se aliste arguyendo que era fundamental que los actores siguieran haciendo películas para mantener alta la moral de la tropa. Además, en aquel momento y a sus 34 años, Wayne estaba casado con Josephine Alicia Saénz y eran padres de cuatro hijos con lo que, en las primeras fases del reclutamiento, fue clasificado como 3-A, es decir, exento de ser llamado a filas por ser padre de familia numerosa.

John Wayne en Río Rojo (1948)

John Wayne en Río Rojo (1948)GTRES

Al tiempo que la guerra avanza y el conflicto se recrudece, él va haciendo papeles cada vez más importantes e imponentes, incluidas las dos cintas bélicas No eran imprescindibles y La patrulla del Coronel Jackson. Y a partir de finales de la década de los 40 y las películas Fort Apache, Río Rojo y Tres padrinos, se convierte oficialmente en una estrella.

Las películas bélicas entonces no paran de llegar y durante los años 40 y 50, además de poderosos wésterns y algunos melodramas, protagoniza media docena de películas con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo como Arenas sangrientas, Infierno en las nubes, La flota silenciosa, El zorro de los océanos o El día más largo, ya en la década de los 60.

Se empezó entonces a propagar la idea de que Wayne, en realidad, era el que había evitado ir a la guerra y no su compañía, arguyendo una vieja lesión en el hombro de cuando jugaba al fútbol americano en la universidad. También se extendió la idea de que había recibido los papeles del servicio militar, pero que nunca los había devuelto o de que había ido pidiendo alguna clase de prórroga para evitar ir al frente. Hubo entonces varias voces críticas, sobre todo porque otros actores coetáneos a él como Clark Gable, Henry Fonda o James Stewart, que fue piloto de bombardeo, sí fueron a la guerra.

John Wayne en Hatari! (1962)

John Wayne en Hatari! (1962)GTRES

Su biógrafo, Scott Eyman, en John Wayne: La vida y la leyenda dedica muchas páginas a este tema afirmando que el propio actor fue parte activa en la decisión de no ir al frente, no una especie de víctima de los intereses del estudio, y que a lo largo de su vida sintió vergüenza por esta decisión. También asegura que el actor intentó entrar, ya en la década de los 50, en los primigenios servicios secretos americanos, la entonces OSS, pero que fue rechazado y que precisamente por todas estas razones fue él mismo quien se empeñó en hacer cine bélico a lo largo de toda su vida para reforzar su imagen de buen americano. No en vano, las dos únicas películas que dirigió fueron El Álamo y Boinas verdes, esta última ambientada en la Guerra de Vietnam.

En definitiva, y como destaca su biógrafo, «Wayne se pasó el resto de su vida intentando compensar lo que él sabía que fue un fallo personal durante la guerra». Y es que el héroe de Río Rojo, Río Bravo, Fort Apache y La legión invencible, el de El hombre tranquilo, Hatari!, La taberna del irlandés y Centauros del desierto, el actor de El hombre que mató a Liberty Valance se pasó toda la vida luchando con la idea de ser recordado no como un héroe, no como un gran hombre… sino como un cobarde.

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