Meryl Streep, en los Premios Princesa de Asturias (2023)
Cine
La legendaria actriz que no soportaba a Meryl Streep: «La veo demasiado técnica, sin alma»
Ambas han sido consideradas las mejores actrices de su tiempo
Decir que Meryl Streep es la mejor actriz viva no es una exageración: con 21 nominaciones al Oscar y tres estatuillas, ha moldeado una carrera impecable, marcada por su versatilidad, su precisión técnica y su capacidad para desaparecer en cada personaje. Desde La decisión de Sophie hasta Kramer contra Kramer, pasando por Los puentes de Madison, El diablo viste de Prada o La dama de hierro, ha encarnado a mujeres complejas, contradictorias y fascinantes. Para millones, es el canon moderno de la gran interpretación.
Sin embargo, no todo Hollywood ha compartido esa admiración unánime. Katharine Hepburn, considerada la gran dama del cine clásico, y la actriz con más Oscar de la historia (cuatro como protagonista), nunca ocultó su desdén hacia el estilo de Meryl Streep. Lo dejó claro en vida y también, según su biógrafo A. Scott Berg, en conversaciones privadas cargadas de ironía y desprecio.
«La veo demasiado técnica, sin alma. Todo está calculado», dijo Hepburn sobre Streep, recogido en el libro Kate Remembered (2003). Incluso imitaba lo que consideraba una actuación artificial con una burla sonora: «¡Clic, clic, clic!», decía, refiriéndose a «los engranajes que giraban dentro de la cabeza» de Streep.
Para la protagonista de Adivina quién viene esta noche, la interpretación debía surgir del instinto y las entrañas, no de la técnica ni del estudio. Ella, símbolo de una generación que entendía la actuación como una cuestión de carácter y presencia, despreciaba lo que percibía como «artificio». Brilló en papeles que reivindicaban la fuerza y dignidad femeninas: desde Gloria de la mañana (1933) a El león en invierno (1968), Adivina quién viene esta noche (1967) o En el estanque dorado (1981), su legado se cimentó en personajes firmes, inteligentes y profundamente humanos.
Katharine Hepburn protagonizó Adivina quién viene esta noche
La tres veces ganadora del Oscar, en cambio, representa la era del camaleón: acentos perfectos, transformaciones físicas, documentación extrema. Su enfoque, más metódico, ha sido aplaudido como ejemplo de excelencia moderna. Pero para Hepburn, ese talento era frío. Pese a no coincidir jamás en un rodaje ni enfrentarse públicamente, la antipatía era conocida en la industria. Streep, sin embargo, siempre se mostró respetuosa.
En 2004, al recibir el Premio a la Trayectoria del American Film Institute, no dudó en mencionar a aquellas gigantes del cine que la precedieron. «Me siento como si me hubiera colado delante de Lucille Ball, Audrey Hepburn y Katharine Hepburn. ¿Hola? ¿Cómo ha pasado esto?», confesó.
¿Fue una cuestión generacional, una diferencia de estilo, o una colisión inevitable entre dos formas opuestas de entender el cine? Lo cierto es que la historia nos dejó una ironía deliciosa: la actriz más galardonada de todos los tiempos no soportaba a la más nominada. Dos titanes. Dos visiones. Y una historia de tensión silenciosa que sigue fascinando a los cinéfilos.