Pedro Sánchez, durante la comisión de investigación del Senado
La semana de la tele
TVE fomentó el ruido contra Mazón y calló con las evasivas de Sánchez en el Senado
Dos eventos especiales, esta semana, cambiaron la programación de las cadenas: el aniversario de la dana que el 29 de octubre de 2024 dejó oficialmente 229 muertos, y la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante la comisión del caso PSOE en el Senado.
La mañana del 29 fue caliente. El programa de Carlos Herrera en la COPE daba voz y analizaba cómo estaba la situación de los pueblos afectados por la dana: «Un año después –comentaba un vecino– quedan más de 700 ascensores sin arreglar, con gente mayor que no puede salir a la calle o familias que sufren para llevar sus compras hasta el tercer, cuarto, quinto o sexto piso, andando».
Mientras, Àngels Barceló en la SER, La Hora de La 1 con Silvia Intxaurrondo o Javier Ruiz en Mañaneros 360 de TVE, convertían sus minutos en un plebiscito, una vez más, contra Carlos Mazón exigiendo su dimisión inmediata. No hablaron de ascensores, ni casas destruidas, ni barrancos sin limpiar, eso era de pasada; Ruiz «alimentaba» lo que podía ocurrir por la tarde en el homenaje de Estado a las víctimas de la dana. Su frase favorita: «Mazón no va a ser bien recibido en el funeral de Estado». Alentaba los gritos e insultos contra el que decidió salir a dar un discurso institucional, esa mañana, con 150 aplaudidores que permitieron «incendiar» aún más a los medios afines al Gobierno.
Barceló se desplazó hasta Valencia y lanzó desde un teatro soflamas contra Mazón, arropada por políticos de Compromís, Partido Socialista valenciano y los colaboradores habituales. El tema estrella: machacar a Carlos Mazón. Se detectaba un odio visceral y al cierre del programa, con todo el público en pie aplaudiendo, sentenció: «No os vamos a soltar de la mano. Vendremos el año que viene y esperamos que el que no esté aquí sea Carlos Mazón».
La mañana de la «opinión sincronizada» se olvidó de Pedro Sánchez. Ni una sola acusación al responsable de no activar la emergencia nacional, ni un recordatorio de la frase «si quieren ayuda, que la pidan».
El homenaje de Estado fue otra sincronización sanchista en la que la señal de televisión la producía TVE, y qué curioso, los micrófonos reproducían a mil decibelios gritos contra Mazón. El responsable del sonido merece un aumento de sueldo. ¡Qué habilidad para subir y bajar la regleta a tiempo! Hubo familiares de víctimas que se negaron a acudir al homenaje. Unos porque estaba Mazón, otros porque creen que hay más culpables por el desastre.
A la mañana siguiente, Pedro Sánchez comparecía en la comisión del Senado por el caso PSOE. Llevaba varios folios de apuntes, gafas nuevas y un objetivo: hablar de Ayuso, su novio, Feijóo, Gürtel, Montoro, el PP, Abascal y Vox. Las preguntas que le hicieron se entremezclaban entre atinadas, innecesarias y decisivas. A estas últimas respondía: «no me consta». Los especiales sobre esa comparecencia matinal se movieron al alza con los «incondicionales» de Sánchez, como La Hora de La 1 y Mañaneros 360. El resto: Antena 3, Telecinco y la Sexta subieron muy poco sus cifras.
Los casi mil asesores de Sánchez, con todo el aparato jurídico a su lado para evitar deslices que le podrían causar problemas judiciales en el futuro, le escribieron en los papeles: «el software que no existe» y, para desacreditar la comisión, la frase elegida fue: «esto es un circo». Fue la frase, de inmediato, que rotulaba la pantalla de La 1: «Sánchez: esto es un circo». Y se mantuvo durante largo tiempo.
La semana ha finalizado con la seriedad habitual en la actual TVE. En su web abre una encuesta para que los seguidores voten quiénes deben presentar las campanadas de Nochevieja en la televisión pública. Más de ocho mil votos apostaron por Gabriel Rufián y Vito Quiles. Las siguientes parejas son auténticas joyas para el túnel de la risa: Alonso y Lobato; Koldo y Ábalos; Pedro Sánchez y Puigdemont o Broncano y Motos. Y se coló como interesante el dúo Gabriel Rufián con Esther Expósito. Aceptarán la votación o rechazarán los miles de votos para decidir… lo que les dé la gana, como siempre.