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John Wayne, en 'Centauros del desierto'

John Wayne

Historias de película

¿Por qué llamaban 'Duke' a John Wayne?

Nunca le gustó que sus amigos le llamaran de otra manera y al principio de su carrera aparecía así en los títulos de crédito

John Wayne fue uno de los actores más populares y temperamentales de su tiempo. Perfecto cowboy y absoluto paradigma del héroe americano, a lo largo de una carrera de 50 años intervino en más de 180 películas protagonizando, al menos, 130 de ellas. Y es que John Wayne fue una auténtica estrella.

Son muchas las anécdotas que el actor generó a lo largo de los años, desde las razones porque las acabó protagonizando La Diligencia en 1939 a la simpática broma que soltó al recibir el único Oscar de su carrera en 1970 por Valor de ley. Pero también son muchas las leyendas que se han construido en torno al personaje. Una de ellas: el origen de su sobrenombre, Duke (Duque).

Durante años se pensó que era una especie de broma con el que sus amigos o incluso la industria le homenajeaba porque con su presencia, su gallardía y su metro noventa y tres de estatura, representaba a la auténtica «aristocracia» de Hollywood.

Pero el origen de su nombre es mucho más prosaico. Y es que a John Wayne le llamaban Duke desde su infancia. El actor se llamaba en realidad Marion Robert Morrison, era hijo de una modestísima familia y había nacido en Iowa en 1907, aunque se crio en el sur de California. Allí, y desde bien pequeño, Marion iba al colegio caminando cada día acompañado de su perro, un Airedale Terrier llamado… ¡¡Duke!!

Bomberos, vecinos y amigos de sus padres les saludaban a diario, como apuntan varias de sus biografías, diciendo: «Ahí van el pequeño Duke y el gran Duke» o «Ya vienen los Duke». Y así fue cómo, poco a poco, todos empezaron a llamarle Little Duke. A ello se unió el hecho de que no le gustaba especialmente su nombre porque Marion le parecía muy afeminado, por lo que, en cuanto creció, aquel Little Duke se quedó en Duke, sobrenombre con el que él mismo se presentaba y que le acompañó toda la vida.

Wayne llegó a Hollywood a principios de los años 20 y por casualidad, cogiendo un trabajo temporal para ayudar a su familia. Pero su impresionante figura hizo que interviniera en pequeños papeles como extra sin diálogos hasta que llegó su primer papelito en la película Letra y música de 1929, donde aparecería en los créditos como Duke Morrison.

Después de dos años trabajando para William Fox Studios, Raoul Walsh le ofrece su primer papel protagonista en La gran jornada. Era 1930 y el director le sugirió que se cambiara el nombre por uno que sonara mucho más americano y le propuso John Wayne en honor al general de la Guerra de Independencia Anthony Wayne.

Durante los nueve años siguientes, no paró de trabajar en un filme tras otro hasta que en 1939 se convirtió en la estrella por antonomasia del wéstern gracias a la película La Diligencia de su siempre amigo John Ford. Éste se refería siempre a él como Duke y es que al actor le gustaba que sus amigos le llamaran por el nombre que llevó consigo desde la infancia.

Esta simpática anécdota recuerda (¡y cómo!) a otro personaje, en este caso de ficción, que se hace llamar por el nombre de su perro hasta el punto de no responder al suyo propio: Henry Jones Jr. Se trata, por supuesto, de Indiana Jones. Si el director Steven Spielberg o los creadores del personaje, George Lucas y Philip Kaufman, se inspiraron o no en el propio John Wayne para crear al legendario aventurero, es especulativo o pura leyenda. Pero en todo lo que tenga que ver con John Wayne, ya se sabe, imprime la leyenda.

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