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16 de abril de 2024

Pedro Castillo, presidente de Perú

Pedro Castillo, presidente de PerúEFE

Revisionismo populista

Los días extraños en contra del Día de la Hispanidad

'Día de los Pueblos Originarios' o 'Día de la Resistencia Indígena' son algunos de los nombres con los que se refieren al 12 de octubre

El Día de la Hispanidad es el nombre que se le da en España al 12 de octubre, el día que se celebra la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492. Precisamente el Día de Colón (Columbus Day) es como lo llaman en Estados Unidos. Menos conciso y sobre todo lírico es el nombre del 12 de octubre en Chile: Día del Encuentro entre Dos Mundos, aunque se celebre el 11. Decidió instituirlo el presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle en el año 2000, aunque a punto estuvo de ser eliminado tras la aprobación del Día de los Pueblos Originarios el 24 del mismo mes. Finalmente se mantuvo con su denominación elegíaca.
Día de los Pueblos Originarios y el Diálogo Cultural lo han bautizado en Perú, y en Bolivia van más allá: Día de la Descolonización en el Estado Plurinacional de Bolivia. En Nicaragua es el Día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular. En Venezuela, «solo» es el Día de la Resistencia Indígena, y en Argentina lo llaman el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Todos ellos nombres, salvo el aséptico Día de Colón en Estados Unidos y el idílico Día del Encuentro entre Dos Mundos de Chile, que rechazan, inventando una nueva realidad, la idea de la Hispanidad. 
No son estos gobiernos, casualmente, arrebatadores ejemplos democráticos de respeto a la Historia tal y como fue. Esa reinterpretación repetida, precisamente, es el cimiento de sus políticas, sin el menor asomo de rubor ante un pueblo confundido.

Pedir perdón

En Perú gobierna el candidato comunista e indigenista siempre tocado con un sombrero chotano, también conocido como «bombarquino», que lleva, según propia confesión, «para reivindicar sus raíces y hacerle recordar al pueblo peruano que él viene de Tacabamba». La figura de Pedro Castillo (puro atrezo del marxismo populista que contiene), que así se llama el presidente, se hizo viral como candidato al enarbolar la bandera del antimonopolio en una entrevista en televisión y no saber, tras la repregunta del periodista, qué es el monopolio ante millones de personas en el mundo y en su país. Aun así, resultó elegido por escaso margen.
En Bolivia manda el exministro de Evo Morales, asilado político en el México de López Obrador, el mismo que insiste en que los españoles tenemos que pedir perdón. La misma línea revisionista de Nicaragua y su tirano Ortega y, sobre todo, de su amigo y también tirano, Maduro, para quien la Hispanidad es la «visión racista y colonialista» de lo que sucedió hace 500 años. Una «visión esquizofrénica», la que ve en estos dictadores la filóloga y ensayista Elvira Roca Barea, de un hecho fundamental en la Historia del mundo. Los esquizofrénicos nombres y «días»  que solo confunden y ensucian una palabra tan limpia: la Hispanidad que resuena hoy por todo el orbe.
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