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25 de abril de 2024

'Esta noche es Nochebuena', cuadro de Joaquín Sorrolla, 1898

'Esta noche es Nochebuena', cuadro de Joaquín Sorrolla, 1898

Estos son los mejores cuentos de Navidad escritos en español

Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós o Gustavo Adolfo Bécquer se lanzaron a escribir sobre la fiesta más importante del año en entrañables narraciones que alcanzaron fama en su época

Son mundialmente conocidos los cuentos de Navidad de grandes escritores como Charles Dickens, J.R.R. Tolkien, los Hermanos Grimm o Hans Christian Andersen. Pero la literatura española está plagada de relatos que tienen la Nochebuena, la Nochevieja y la noche de Reyes como centro o como marco de sus narraciones. Estos son los más característicos.

'La nochebuena del poeta', de Pedro Antonio de Alarcón

«Todo era bullicio; todo era contento. Los roscos, los mantecados, el alajú, los dulces hechos por las monjas, el rosolí, el aguardiente de guindas circulaban de mano en mano…», escribe Pedro Antonio de Alarcón en 1885. El cuento La Nochebuena del poeta fue publicado y reproducido en los siguientes años, y el propio autor se enorgullecía de que cada Navidad se considerara como vehículo para transmitir la buena noticia.
En el cuento, Alarcón recuerda con ternura a su abuela paterna, doña Josefa Carrillo. En el cuadro costumbrista detalla los dulces tan característicos de las fiestas de Navidad en Guadix; la escena entrañable de toda la familia, criadas, criados y gato incluidos, alrededor de la chimenea; y las referencias a la misa del Gallo y la misa de los Pastores, que se celebraba en las iglesias de San Miguel y en Santa Ana, los barrios de los agricultores de Guadix. Los pastores acudían a ella cantando por la calle de madrugada y arrastraban a la gente, que se agolpaba en el interior de la iglesia; luego tomaban buñuelos, churros y chocolate.

'La mula y el buey', de Benito Pérez Galdós

«Celinina sintió el afán de las poéticas fiestas que más alegran a los niños, las fiestas de Navidad. Ya se sabe con cuánta ansia desean la llegada de estos días y cómo les trastorna el febril anhelo de los regalitos, de los nacimientos y las esperanzas del mucho comer y atracarse de pavo, mazapán, peladillas y turrón. (...) En la esfera tenebrosa que rodeaba su mente no había sino pavos haciendo ‘clau, clau’; pollos que gritaban ‘pío, pío’; nacimientos llenos de luces y que tenían cincuenta mil millones de figuras; árboles cargados de juguetes; el estanque del Retiro lleno de sopa de almendras; besugos que miraban a las cocineras con sus ojos cuajados; naranjas que llovían del cielo, y otros mil prodigios que no tienen número ni medida».
Benito Pérez Galdós publica en 1876 el cuento La mula y el buey. Este cuento narra una historia que sucede en los días previos al 25 de diciembre, día de Navidad. Celinina es una niña de tres años que está gravemente enferma y muere con la pena de no haber podido tener una mula y un buey. La pena de la niña genera el remordimiento y la angustia del padre al sentirse culpable de que su hija no haya tenido su último deseo. Tras la muerte, Angelina sube al cielo con el deseo no satisfecho de haber tenido estos dos ansiados animales y vuelve a la tierra en busca de ellos.

'Cuentos de Navidad y Año Nuevo', de Emilia Pardo Bazán

Cuando Emilia Pardo Bazán escribió su primera compilación de textos navideños era ya una reputada escritora de 42 que había demostrado su valía con la obra que la haría inmortal, Los Pazos de Ulloa. En esta primera obra dedicada a la Navidad, publicada en 1893, Pardo Bazán hacía un ejercicio original relatando cuentos fantásticos en los que imaginaba cómo sería la Nochebuena en lugares tan significativos para el cristiano como el Infierno, el Purgatorio, el Limbo o el Cielo.
En la obra Cuentos de Navidad y Año Nuevo, Emilia Pardo Bazán reúne diferentes cuentos en torno a estas fiestas, pero siguiendo su estilo. Las descripciones detallistas y precisas que en estas narraciones ofrece la Condesa retratan una sociedad con diferencias extremas, colocando el desamparo junto con la riqueza más ostentosa. Los protagonistas encarnan la caridad, la reconciliación y la devoción mística en ocasiones de una forma que puede parecer insólita. Insólita en cualquier otro momento de sus vidas, en cualquier otro día que no fuera Navidad. En la misma línea, Emilia Pardo Bazán también escribió Cuentos de Navidad y Reyes en 1902.

'Maese Pérez el organista', de Gustavo Adolfo Bécquer

En el escritor sevillano la Nochebuena y la Misa del Gallo es el eje sobre el que gira la leyenda de Maese Pérez el organista (1861). Una historia llena de misterio y de mística, en el que un organista ciego de nacimiento y consagrado a tocar el órgano en la iglesia de Santa Inés fallece... pero sus notas siguen tocándose tras su muerte.
Bécquer escribió este relato con 25 años. Hacía siete que había dejado la capital andaluza para labrarse un nombre en Madrid y la nostalgia le invadió aquellas Navidades de 1861, empujándole a evocar por primera vez su ciudad natal en una leyenda. Maese Pérez el organista apareció por primera vez en las páginas del diario El Contemporáneo el 27 y 29 de diciembre de aquel año, y el propio poeta la subtituló como «leyenda sevillana», presentándola como una tradición más de la ciudad, aunque los expertos coinciden en que es pura invención del autor de Rimas y leyendas.
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