Calle es poco
Santos Cerdán no ha matado a nadie, y propongo que sustituya a Luis Companys en su placa callejera. Sucede que la calle Santos Cerdán envuelta en la gran ciudad que es Barcelona, puede pasar inadvertida, y eliminar del callejero a un criminal de catalanes conllevaría histerismos y barretinas de luto
El separatista catalán y amigo de etarras, 'Jordi' Évole, leal cumplidor de una cadena de televisión supuestamente conservadora, es miope de horizontes. No ve tres en un burro. El 11 de noviembre de 2023 hizo públicos sus deseos de homenaje a Santos Cerdán en un comentario dirigido a los catalanes en general, y a los golpistas en particular. «Si los catalanes tenemos memoria y somos justos, algún día, en algún pueblo o ciudad catalana podremos transitar por la calle Santos Cerdán. Este político, casi desconocido para el gran público, ha sido la revelación de la negociación». A la entrega, que él llama negociación, de Cataluña se refiere. Estoy completamente de acuerdo. Santos Cerdán no ha matado a nadie, y propongo que sustituya a Luis Companys en su placa callejera. Sucede que la calle Santos Cerdán envuelta en la gran ciudad que es Barcelona, puede pasar inadvertida, y eliminar del callejero a un criminal de catalanes conllevaría histerismos y barretinas de luto. Pero 'Jordi' Évole, no anda descaminado. Sólo yerra en la calle. Una calle es muy poco para Santos Cerdán. Oportunidades de aprovechamiento barato tienen muchas.
Retirar a Colón de su otero de mármol, y situar, señalando la ruta del Descubrimiento, a Santos Cerdán no sin antes reforzar la base monumental por razonables motivos de precaución. Colón pesaba poco, y Cerdán aporta más de cien kilogramos a la escultura. Otra solución es dejar de elogiar al suizo fundador del Barça y bautizar el 'Nou, Nou Camp' con el nombre de Santos Cerdán, el instrumento de Sánchez para convencer a los golpistas y los terroristas de que sus votos serían respondidos con gratitud extrema, lo mismo por el Gobierno que por el Tribunal Constitucional que le metió doblada Sánchez al Partido Popular.
Me sigue pareciendo poco. El héroe de 'Jordi' Évole, merece muchísimo más que una calle. Una calle a su nombre la tiene muchísima gente. Aprovechando las grandes urbanizaciones de lujo que se están construyendo en Cataluña, me atrevo a insinuar, siempre con sosegada petición de permiso, que la 'urba' lleve el nombre de 'Jardins Sants Cerdá', y cuya avenida principal se denominara «Avinguda de Puta Madre» en honor de las suegras de Ábalos y Koldo —con mi ruego de indulgencia a las madres de las chicas—, y cada rotonda dedicada a un salvador de Cataluña. Calles —Rúas—, de Pablo Iglesias, Inés Montero, Yolanda Díaz, Josu Ternera, Arnaldo Otegui –el amigo de Évole–, Marisú Montero,
Juana Belarra, Félix Tezanos, y no sigo porque hay nombres para mil calles, incluida la de Begoña 'Góms' y la que enseña el chichámen en el Congreso. Y al final de la interminable 'Avinguda' principal, el Museo de la Independencia, con cuatro esculturas de bronce en la puerta. De un lado, Sánchez y Zapatero, y del otro, Pujol y Puigdemont. La recaudación del museo, que será fabulosa, a cargo de Laporta, con el fin de rascar algún eurillo para comprar balones de fútbol, que con la modita de las marcas, están carísimos.
La mejor y más amplia urbanización, el Eurodisney de Esplugas del Llobregat, y todo ello, rescatado y cumplido de un precioso vaticinio de Évole emitido dos años atrás.
Y abandonando este amable tono, creo que ha llegado el momento de decirle a Évole que es un analfabeto, infectado y majadero, siempre situado al frente del mal. Que le den. Muy mucho, pero que le den.
