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26 de abril de 2024

Familia de Surinam

Familia de Surinam, los descendientes de los esclavos en La Guayana francesa

Una exposición recuerda a Francia y Holanda su pasado esclavista en La Guayana

Barcos de judíos holandeses con africanos para las plantaciones de franceses que, mientras instauraban la libertad a golpe de guillotina en Francia, condenaban a la esclavitud en la otra orilla del océano

El olvido voluntario, o el desconocimiento de la historia, deja a nuestra espalda la huella de algunos pueblos sufridores de aquellos valores de la «Revolución de la luz» francesa y la de los amigos del comercio holandés.
En París estos días se les recuerda a franceses y holandeses la, ya desconocida para muchos, historia del pueblo Bushinengue, en la exposición Marronnage, el arte de romper los grilletes, pueblo nacido en la Guayana Francesa y en Surinam de los esclavos rebeldes traídos de África para trabajar en las plantaciones, a partir del siglo XVIII.

Huidos de las condiciones inhumanas

Hasta el próximo 24 de septiembre, La Casa de América Latina en París exhibe obras procedentes de los fondos del Museo Quai Branly-Jacques Chirac, además de préstamos de coleccionistas y fundaciones privadas.
Cuadros, fotografías, peinetas, objetos domésticos, textiles y cartográficos inspirados en el arte marronage (el producido por los esclavos huidos: los cimarrones), reflejan la cultura de los Bushinengue, nacida entre Suriman (antigua colonia holandesa) y la Guyana francesa, a orillas del río Maroni.
Edificio de los hombres condenados, en Saint Laurent

Edificio de los hombres condenados, en Saint Laurent

La comunidad, formada por unas 10.000 personas, ha sobrevivido a varios avatares de la Historia, tras llegar a Surinam a mediados del siglo XVIII en la panza de los barcos negreros holandeses. Pero algunos conseguían huir hacia la selva amazónica, tal y como cuenta Genevieve Wiels, una de las comisarias de la exposición: «huían de unas condiciones inhumanas, pero también sufrieron al adentrarse en la Amazonía. No era sencillo sobrevivir allí».
Saramaka

Cimarrón.

Esclavo pendiendo de un gancho en la Guyana, ilustrado por William Blake

Esclavo pendiendo de un gancho en La Guyana, ilustrado por William Blake

'Danza ceremonial de esclavos'. Dirk Valkenburg. (1706-1708)

'Danza ceremonial de esclavos'. Dirk Valkenburg. (1706-1708)

Tambor Surinam

Tambor Bushinengue

De ese espíritu tenaz y resistente nació el arte de los Bushinengue, con la madera como materia prima preferida para diseñar peinetas, platos de cocina, adornos decorativos o instrumentos musicales.

Negreros judíos en Surinam

«Esa continuad artística me emociona; lo que más me gusta es esa resistencia artística después de haber sufrido tanto, y de haber convertido ese sufrimiento en una especie de resiliencia, encontrando felicidad en la belleza plástica», ha reflexionado Wiels, gran investigadora de las culturas nacidas del esclavismo en La Guyana francesa y en Surinam.
Nationaal Museum van Wereldculturen

Nationaal Museum van Wereldculturen

La muestra apunta también a hechos menos conocidos de la historia de la esclavitud en la Antillas, como el protagonismo de la colonización del Surinam por parte de judíos holandeses. André Schwartz-Bart, escritor francés de origen judío y premio Goncourt en 1959 por El Último Justo, plasmó el horror de aquellos negocios franco–holandeses cuando se retiró hastiado del mundo editorial ,y se casó con la escritora antillana Simona Schwarz-Bart, con la que escribe Un plato de carne de cerdo con plátanos verdes (1967): un relato sentido de la rebelión antillana contra el racismo colonialista europeo, como si de una gran diáspora negra, parecida a la del pueblo judío, se tratase. «El caso de los judíos propietarios de esclavos en Surinam refleja la universal capacidad de los hombres para actos de inhumanidad», sentenció Schwartz-Bart, en una de las frases que más impactan y que mejor ilustran el drama histórico y humano de esta exposición.
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