Lola Flores (en el centro) Junto a su marido Antonio González «el Pescaílla» y su hermana Carmen Flores
La artista de Jerez, historia del flamenco, era aún adolescente cuando llenaba los teatros. Un mito adelantado a su época que no era la mejor bailarina, ni la mejor cantante, y sin embargo era la mejor, indiscutiblemente, por su genio y su personalidad. Con Manolo Caracol y Zambra pasó ocho años sobre los escenarios y en la vida real, formando una pareja mítica y polémica. «Yo no fui yo, yo era parte de él. Estábamos tan compenetrados que si un día él no estaba bien de voz, yo bailaba peor», dijo en una entrevista. Cuando le dejó fue para convertirse en una estrella.