El actor Imanol Arias
Imanol Arias contra la Agenda 2030: «Seremos la sociedad más sumisa e infeliz de la historia de la humanidad»
El actor español se explayó sobre su actualidad y el futuro social e ideológico durante una entrevista en Argentina
El actor español Imanol Arias dice que no le interesan «para nada» las noticias. Lo ha dicho en Argentina para el medio Infobae durante una entrevista. Ha sido el principio de una breve, pero contundente disertación de hartazgo hacia la sociedad que se está formando, en buena medida ya formada.
Son palabras como de adiós. De quien ya ha vivido lo suficiente para no volver a ser engañado y no querer ser engañado. De quien quiere retirarse lejos de una humanidad amenazadora. Afirma el ya eterno Antonio Alcántara, «longevo» en la realidad y en la ficción, que no le gusta «lo que pasa», sin concretar el qué, aunque no haga falta.
Intento terminar aquí esta etapa de mi vida sin cumplir la agenda que te asesina
Continúa con que no va a llegar «a que me metan el chip aquí», al tiempo que se señala la cabeza y sigue con que la «trashumanización« la va a ver venir, «pero no la voy a sufrir. Intento encontrar el resquicio, cómo llegar a terminar aquí esta etapa de mi vida sin cumplir la agenda que te asesina». Ahí queda eso.
Pero aún hay más: «Es decir, si me recomiendan ahora mismo que beba agua de la canilla no la bebo porque sé que me envenenan. Somos unos vasallos felices, metidos en una tecnología que nos facilita las cosas y que trabajamos para ella, porque lo más importante no es lo que nos facilita, sino lo que nos conoce. Y lo que nos transforma».
La sociedad más sumisa (...) con tipos rarísimos, multimillonarios que se han adueñado de la moral
Concluye Arias con «Creo que vamos a ser la sociedad más sumisa y más infeliz de toda la historia de la humanidad. Eso sí, con grandes logros y con tipos rarísimos, multimillonarios en lo tecnológico que se han adueñado del espacio, de la medicina, de la alimentación, del transporte, de la moral...». Verdades incómodas para muchos en el incipiente y esperanzador despertar (casi una figura literaria esta frase) de lo «woke», que significa precisamente «despertar».
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