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02 de mayo de 2024

Hannah Arendt en 1935

Hannah Arendt en 1935

Cuando Hannah Arendt describió la «mentira política» del PSOE medio siglo antes

Con la mentira política se persigue cambiar el relato a conveniencia, a pesar de la realidad, la «mentira moderna que busca cambiar la historia contemporánea»

La filósofa alemana Hannah Arendt dijo que la mentira en política intenta cambiar el mundo, y que por lo tanto es una forma de acción. La acción es iniciar algo nuevo. Con la mentira política se persigue cambiar el relato a conveniencia, a pesar de la realidad. El caso del novio de Ayuso como respuesta al «caso Koldo» es el último ejemplo en que se ha utilizado la mentira, por parte del PSOE y del Gobierno, para «cambiar el mundo», como escribió Arendt. En este caso no el mundo exactamente, sino España y en particular Madrid.
Arendt dice que «las modernas mentiras políticas son tan grandes que exigen una completa acomodación nueva de toda la estructura de hechos». «Esa mentira moderna que busca cambiar la historia contemporánea». La pensadora alemana habla para caracterizar la acción de la mentira, casi como si estuviera contemplando estos hechos, de «verdades de hecho que se refieren a asuntos de importancia política inmediata».

La verdad en peligro

Apunta a «un problema político de primer orden» donde actúa la mentira: un retrato donde «todo grupo de personas, e incluso de naciones enteras, puede orientarse en una red de engaños con la que los líderes quieran someter a sus opositores». Cabe preguntarse: ¿es el Gobierno español un seguidor fiel a la inversa, un seguidor perverso, de esta idea particular de Arendt?, y más después de leer: «El principal esfuerzo, tanto del grupo engañado como de los mismos engañadores, suele orientarse a mantener intacta la imagen de la propaganda».
Los ensayos de Arendt Verdad y política y Mentira en la política parecen hechos a propósito o seguidos a propósito de los hábitos gubernamentales: «(la verdad)... siempre está en peligro de ser agujereada por las mentiras de los individuos o despedazada por la mentira organizada de grupos, naciones o clases...».
La mentira siempre ha sido un instrumento político, pero la acción (las acciones) del Gobierno como mentira ahora parece ser el único. La verdad de los hechos está asombrosamente amenazada, como admitía Arendt en su pensamiento. Ya no sirve. Los hechos ya no son suficientes para rebatir una mentira que puede instituirse como verdad.

Los hechos frágiles

Arendt advirtió de que la verdad factual estaba en peligro de «ser empujada fuera del mundo por un tiempo, y posiblemente para siempre». Donde los hechos «son cosas infinitamente más frágiles que los axiomas, descubrimientos, teorías, que son producidos por la mente humana». Todo cambia o se cambia. No solo los hechos, sino el lenguaje. La Ley de Memoria Democrática es un buen ejemplo de ambas cosas.
Es la mentira política constante la que hace temblar las instituciones, los bienes y el sentido común: la verdad vencida por la mentira. La verdad que Arendt defendió hasta el punto de afirmar que dejaría que el mundo pereciera con tal de que aquella se dijera siempre.
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