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La escritora británica Samantha Harvey, Premio Booker 2024 por 'Orbital'

La escritora británica Samantha Harvey, Premio Booker 2024 por 'Orbital'Wikipedia

La escritora de moda en Reino Unido critica la agricultura española en su novela más afamada

La escritora británica Samantha Harvey critica a España por el impacto ecológico de su agricultura en su novela Orbital, Premio Booker 2024

La novela por la que la escritora británica Samantha Harvey obtuvo el Premio Booker (el más prestigioso del Reino Unido) 2024, Orbital, es un estupendo relato sobre la vida de seis astronautas en la Estación Espacial Internacional en un futuro más o menos cercano o en un presente alternativo.

No se trata de una novela de ciencia ficción. Es, de hecho, una novela realista, pero que se desarrolla en el espacio.

Los seis astronautas, un italiano, una japonesa, un estadounidense, una británica y dos rusos, desarrollan sus misiones con rutinaria precisión y disciplina.

Sin embargo, no son máquinas, son humanos, y, como humanos que son, se plantean las eternas preguntas que la humanidad se lleva planteando desde que fue consciente de su propia existencia.

De esa manera, Samantha Harvey traza en Orbital una interesante reflexión sobre qué es el hombre y cuál es su naturaleza, su papel en la creación, la existencia de un Dios Creador, el sentido de la vida y la muerte o la insignificancia de la humanidad en la inmensidad infinita del universo.

Y, como no podía ser de otra manera en estos nuestros tiempos de catastrofismo climático, reflexiona sobre el frágil equilibrio ecológico de la Tierra que amenaza con romperse apocalípticamente fruto del cambio climático y la tendencia global al aumento de la temperatura.

Es precisamente cuando reflexiona sobre el modo en que los hombres explotan los recursos naturales de la Tierra y destruyen el medio ambiente cuando Harvey lanza una crítica directa a España.

Habla la escritora británica de la desecación de lagos como consecuencia de la sobre explotación de los recursos hídricos en lugares tan dispares como Sudán, Pakistán, Bangladesh o Dakota del Norte.

Habla de la contaminación del Gran Chaco (América del Sur) resultado de la explotación ganadera masiva. Habla de la destrucción de los bosques, habla de la desaparición de los mangles de Bombay y habla de la modificación del paisaje por los invernaderos de Almería.

En realidad, Samantha Harvey, al hablar de los invernaderos del sur de la provincia andaluza, cae en la exageración o comete un error fruto de la ignorancia.

Y es que la autora critica, exactamente, los «cientos de hectáreas de invernaderos que hacen que una gran parte del sur de España sea un espejo en el que se refleja el sol».

Es cierto que los invernaderos de Almería, conocidos sarcásticamente como «mar de plásticos», impactan a vista de satélite por su extensión y que su impacto ecológico es una evidencia.

Sin embargo, según la Junta de Andalucía, ocupan una extensión de algo más de 22.000 hectáreas. Decir que eso es «gran parte del sur de España», no deja de ser una hipérbole.

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