Ringo Starr en Look Up
Ringo Starr, el niño enfermizo que se convirtió en leyenda del rock, cumple 85 años
El mítico batería de los Beatles celebra hoy su 85 cumpleaños. De sus enfermedades infantiles a tocar la batería como un diestro siendo zurdo, estas son algunas de las anécdotas que han rodeado su vida
Hoy cumple años, 85, en concreto, una leyenda, historia viva de la música. Ringo Starr, el mítico batería de los Beatles, está de celebración. El último en unirse a los cuatro de Liverpool ha tenido una vida llena de obstáculos que empezaron desde bien pequeño.
No obstante, los superó todos y se convirtió en un icono que ha trascendido sus propios límites. Ringo no es solo un batería que hacía fácil lo difícil, sino un símbolo de que el trabajo humilde también glorifica.
El cuarto Beatle, el mito de los Fab Four que sigo vivo, junto con Paul McCartney, es aún testigo del cambio y la evolución que provocaron, como un terremoto, los de Liverpool en la música. Eso es algo que todo el mundo sabe.
Lo que probablemente no sea tan conocido es que Ringo no se llama Ringo o que tiene, junto a los otros tres Beatles, un Oscar.
Una infancia difícil
Los primeros años de Ringo Starr se caracterizaron por sus continuos ingresos en el hospital. A los 6 años, sufrió una peritonitis que se complicó y le provocó un coma en el que estuvo diez semanas. Y a los 13, contrajo una pleuresía que le mantuvo, igualmente, dos años ingresado.
Esto le hizo perderse largos periodos de escuela, por lo que tuvo dificultades de aprendizaje. Sin embargo, gracias a su padrastro, Harry Greaves, enseguida comenzó a trabajar.
Los problemas de salud han continuado a lo largo de toda su vida, lo que le llevó a perderse conciertos.
Era zurdo, pero toca la batería como un diestro
La gran afición de Ringo siempre fue la música. Aprendió a tocar el tambor en el hospital, donde ofrecían clases. Y cuando salió, Greaves le compró su primera batería, una de segunda mano.
El estilo de Starr siempre ha sido peculiar. Y la clave es que toca de forma invertida. El de Liverpool es zurdo, pero toca la batería como si fuera diestro. Esto hace que su sonido sea tan característico y reconocible.
El origen de su nombre artístico
Ringo Starr no se llama Ringo ni se apellida Starr. Es un nombre artístico. Su verdadero nombre es Richard Starkey. Pero no le sonaba demasiado rockero y se lo cambio. Cabe destacar, en este sentido, que su hijo, Zak Starkey también es batería y, no obstante, ha mantenido su apellido.
Y a Ringo le gustaban los anillos (rings, en inglés). Y en una entrevista en The Beatles Chanel contó que en Liverpool se te conocía por lo que usabas. En su época, así se le llamaba, Rings, que posteriormente evolucionó a Ringo.
Oscar a la mejor banda sonora
En 1970, se estrenó una película documental sobre los Beatles titulada Let it be. Muestra varios días en la vida de los Fab Four, sus sesiones de trabajo y grabaciones y el ambiente en el que producían su música.
El documental se hizo con el Oscar a la mejor banda sonora de canciones, una categoría que ya no existe, un año después. A pesar de este éxito, ningún miembro de la banda acudió a Hollywood a recoger la estatuilla.
Estuvo a punto de no unirse a los Beatles
Ringo fue el último en unirse a la banda de Liverpool. Desde comienzos de los 60, Starr tocaba la batería en grupos locales. Era el año 1962 y el batería recibió dos ofertas para unirse a dos grupos: Kingsize Taylor and The Dominoes y unos tales The Beatles. John, Paul y George le ofrecieron cinco libras más. Y el resto es historia.
La complicidad de Ringo con el resto del grupo fue instantánea, y el 18 de agosto de 1962, los Fab Four al completo dieron su primer concierto.