Recreación del monumento 'El Toro de España' una vez finalizado
Un gran toro de 300 metros podría ser la nueva atracción turística de España, pero Madrid ya lo ha rechazado
El proyecto tiene como objetivo principal funcionar de polo turístico con un elemento que recoja las esencias culturales e identitarias de España
La Academia Española de Tauromaquia ha dado a conocer un ambicioso proyecto arquitectónico con el que aspira a posicionar a España en el mapa turístico global mediante una monumental escultura metálica de un toro bravo de al menos 300 metros de altura.
Bajo el nombre de ‘El Toro de España’, la iniciativa busca erigir un símbolo nacional de gran fuerza visual, que combine innovación técnica, arraigo cultural e impacto internacional, al estilo de referentes como la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad o el Coliseo romano, informó Europa Press.
Así lo explicó Jorge Álvarez, presidente de la Academia Española de la Radio y director de Radio España, en declaraciones al Canal 33 TV de Madrid. Álvarez detalló que la estructura se instalaría en un enclave con alta afluencia turística, con el propósito de asegurar su rentabilidad y generar, además, dinamismo económico y empleo en la zona.
Así quedaría el monumento finalizado
Desde la entidad promotora destacan que el proyecto no solo pretende ser una hazaña de la ingeniería, al concebir una figura animal de estas proporciones sin parangón, sino también una declaración cultural que rinda homenaje al toro como emblema de la tauromaquia, reconocida como patrimonio cultural conforme a la Ley 18/2013, de 12 de noviembre.
En cuanto al diseño, se contempla que los cuernos del toro alojen miradores panorámicos que permitan al visitante disfrutar de amplias vistas de la ciudad. A los pies del coloso, se planea una zona comercial centrada en el mundo taurino, con restaurantes temáticos, tiendas de recuerdos y espacios dedicados a la cultura taurómaca.
La idea es que el área donde se sitúe el toro se convierta en un complejo turístico integral, que reúna oferta cultural, gastronómica y de ocio vinculada a la tradición taurina y a la identidad nacional.
«España no tiene un gran icono material que la represente. Entonces, ¿qué mejor que el toro? Todos los turistas se llevan una figura del toro cuando vienen a España, la Fiesta Nacional se conoce mundialmente, también en Hollywood y grandes artistas internacionales han estado en nuestras plazas de toros. Hasta Los Beatles cuando llegaron a España tocaron en Las Ventas de Madrid y en la Monumental de Barcelona», señaló Álvarez.
Asimismo, defendió que «ningún extranjero rechaza la tauromaquia ni a los toreros» porque, «guste o no, el toro nos representa sobre todo fuera del país».
Según la Academia, la ejecución del proyecto no requeriría financiación pública, ya que se prevé que sea sufragado íntegramente mediante inversión privada. A cambio, los municipios que cedan terrenos públicos participarían en los beneficios económicos derivados del turismo.
Como ejemplo de viabilidad económica, Álvarez aludió a la Torre Eiffel, que genera unos cien millones de euros anuales en entradas, cifra a la que se añade un 25 % más por servicios complementarios, de los cuales el Ayuntamiento de París recibe un 14 %.
Después de que el Ayuntamiento de Madrid haya descartado de momento la propuesta, la Academia continúa buscando una ubicación adecuada en otros municipios, tanto dentro como fuera de la Comunidad de Madrid.
Pese a que el Centro de Asuntos Taurinos de la región respaldó el plan, se instó a los promotores a dirigirse a los consistorios, dado que la cesión del suelo es competencia local.
«Entonces, hablamos primero con la capital. Valoraron lo bonito de la idea y apoyan la tauromaquia, pero de momento no contemplan el proyecto. No sabemos las razones», lamentó Álvarez, quien criticó que se prefieran otras iniciativas como una noria o un Cristo gigante, que «ya existen en otros países», mientras que un toro colosal sería «único en el mundo» y gozaría de fama internacional.
El proyecto se enmarca en una tendencia global de construcción de monumentos gigantes, como el Burj Khalifa en Dubái, el Buda del Templo de la Primavera en China (128 metros) o las figuras monumentales de Garuda en Indonesia y del dios Shiva en India y Nepal.
De cara a los próximos meses, la entidad espera cerrar un acuerdo con algún municipio que cumpla los requisitos básicos, entre ellos la disponibilidad de terrenos y la buena conexión con núcleos turísticos.
«El toro sería un punto de atracción que nadie olvidaría. Aporta identidad, cultura, originalidad y una oportunidad de posicionar a España en el mapa turístico mundial con una imagen única», concluyó Álvarez.
