Las pinturas de Sijena expuestas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña
Cronología del contencioso de Sijena: así fue la lucha del monasterio aragonés para recuperar su historia
El enrevesado laberinto judicial por la propiedad y custodia de las obras de arte del Monasterio de Sijena parece que llega a su fin con la última sentencia del Tribunal Supremo
Con la entrada de los técnicos aragoneses en el Museo Nacional de Arte de Cataluña para preparar el traslado de los frescos del Monasterio de Sijena a su emplazamiento original, en Huesca, parece que el contencioso iniciado en 1936 encara su recta final.
Para muchos, se trata de un conflicto difícil de comprender, así que nada mejor que recurrir a una cronología para ver cómo unos frescos medievales de entre los siglos XII y XIV de Aragón terminaron en una sala de un museo de Barcelona.
Año 1188: fundación
La reina Sancha de Castilla, esposa de Alfonso II de Aragón, funda en Los Monegros (Huesca) el Monasterio de Santa María de Sijena.
El monasterio recibiría como asignación un amplio dominio territorial y numerosas rentas, lo que lo situó como uno de los monasterios más importantes de la España medieval y le permitió atesorar gran cantidad de obras de arte.
Año 1240: impulso con Pedro II
Acogería más tarde las tumbas de Sancha de Castilla, de Pedro II de Aragón y de varias infantas.
Fue, precisamente, Pedro II quien le dio el gran impulso al Monasterio de Sijena al depositar en la fundación sus insignias reales: la corona, la mitra, el cetro y el pomo. Más adelante, Jaime I depositó en Sijena su archivo, germen de lo que más adelante sería el Archivo Real de la Corona de Aragón, que también se trasladaría a Barcelona.
A partir de entonces, el monasterio quedó definitivamente vinculado a la Casa de Aragón y acogería a reinas, princesas y otros miembros de la casa real y de la aristocracia aragonesa.
Año 1321: el esplendor de la Sala Capitular
A partir del año 1321 y hasta 1348 se produce la edad de oro del monasterio y es en esa época cuando su sala capitular completa su esplendoroso proyecto decorativo.
También en este periodo se elaboran los sepulcros reales más esplendorosos del conjunto. El de Isabel de Aragón está considerado una de las mayores obras maestras de la escultura medieval española.
Siglo XVI: el retablo mayor de Sijena
Una de las obras maestras del Monasterio de Sijena es su retablo mayor, una joya del siglo XVI que, sin embargo, se desmontó y dispersó en el XVIII.
Año 1923: Monumento Nacional
En decadencia desde la Desamortización de Mendizabal, el Monasterio entró a lo largo del siglo XIX y XX en un proceso imparable de deterioro. Salieron del monasterio muchas obras de arte, y el edificio empezó a sufrir daños.
Para frenar este deterioro, la Dirección General de Bellas Artes declaró el Monasterio como Monumento Nacional.
Año 1936: los milicianos queman el monasterio
El 3 de agosto de 1936 se produjo la mayor catástrofe de la historia del Monasterio y el origen del actual contencioso entre el Gobierno de Aragón y el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Fotografía del Monasterio de Sijena durante los trabajos de arrancado de las pinturas
Milicianos anarquistas procedentes de Cataluña asaltaron e incendiaron el monasterio. El edificio religioso ardió durante varias noches y se perdieron gran cantidad de obras de arte, aunque otras, además del archivo, lograron salvarse gracias a la acción de varios vecinos.
Tras el incendio, el arquitecto, historiador y marchante catalán José Gudiol viajó a Sijena junto con otros colaboradores decidió que tras el incendio había que arrancar los frescos que se habían salvado del fuego en la sala capitular para restaurarlos.
Además, consiguió que la Generalitat de Cataluña financiase el proyecto, a cambio de quedarse con las obras, claro.
Gudiol arrancó las pinturas entre el 1 de octubre y el 17 de noviembre, sin contar con el permiso de los legítimos propietarios del Monasterio, las religiosas, consumando el destrozo al edificio medieval. En total se arrancaron 120 metros cuadrados de pinturas pegadas en 64 rollos de tela que se depositaron en la Casa Ametller en Barcelona.
Esta acción es la que se encuentra en el centro de la disputa, y es que el Museo y la Generalitat defienden que gracias a ellos se salvaron las pinturas, pero obvian que fueron milicianos catalanes quienes incendiaron el Monasterio y fue la Generalitat republicana quien tramó el arranque de las pinturas y su traslado a Cataluña.
Año 1940: traslado al Museo de Arte de Cataluña
Las pinturas estuvieron depositadas en el taller de Gudiol hasta 1940, ya finalizada la guerra, cuando se trasladaron al Museo de Arte de Cataluña (actual Museo Nacional de Arte de Cataluña).
Año 1960: segundo expolio
Sin embargo, la destrucción del patrimonio del Monasterio de Sijena no finalizó ahí, sino que se produjo un segundo expolio en 1960. El director del Museo de Arte de Cataluña, Joan Ainaud de Lasarte, visitó Sijena y, sin el pertinente permiso de la Dirección de Bellas Artes, arrancó más frescos de la sala capitular que habían sobrevivido a la piqueta de Gudiol.
En ese segundo saqueo, además de expoliarse los frescos de la sala capitular, se arrancaron pinturas del siglo XVI procedentes del refectorio y del ábside, de mediados del XIII, además de pinturas profanas del palacio prioral.
Para tratar de tapar el saqueo y expolio, Ainaud de Lasarte clasificó las pinturas como procedentes de un castillo leridano y consideradas pinturas catalanas.
Año 1950: el renacer de Sijena
El futuro del Monasterio de Sijena parecía abocado a la ruina y desaparición paulatina de los restos del edificio.
Para evitarlo, en 1950 se inician tareas de restauración, reconstrucción y adecuación del edificio con el objetivo de que vuelva a ser habitable y pueda acoger una nueva comunidad monástica.
Año 1970: abandono del Monasterio
Sin embargo, esa primera experiencia es efímera y las últimas religiosas del Monasterio de Sijena abandonan el monasterio en 1970 y se trasladan a Barcelona. En este periodo se produce una nueva salida de obras de arte, que se repartieron entre el Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona, y el Museo Diocesano de Lérida.
Año 1985: segundo intento de devolver a la vida al Monsterio
Pero el objetivo de que Sijena vuelva a acoger vida monástica era firme, y en 1985 llega un grupo de religiosas de la Orden de Belén, que se mantuvieron en el Monasterio hasta el año 2020.
Sin embargo, en esta época una venta de 97 obras de arte a la Generalitat provocaría un nuevo golpe al patrimonio del Monasterio.
Año 1995: el Vaticano divide la Diócesis de Lérida
Un nuevo capítulo del contencioso se inició en 1995, cuando el Vaticano decide dividir la Diócesis de Lérida y crear la de Barbastro-Monzón para adecuar la división administrativa eclesial a la civil. Varias obras de arte procedentes de varias diócesis aragonesas quedaron entonces depositadas en el Museo Diocesano de Lérida en medio de un vacío legal.
Año 2002: se declara BIC
El Gobierno de Aragón declara el Monasterio como Bien de Interés Cultural y comienza la batalla por recuperar las obras de arte y devolver a Sijena su antiguo esplendor.
Año 2015: primera sentencia favorable
La primera sentencia favorable a Aragón y a Sijena se produjo en 2015 cuando un juez de primera instancia de Huesca dictaminó que las últimas ventas de arte de Sijena a Cataluña fueron ilegales, por no contar con el pertinente permiso del Gobierno de Aragón.
Como resultado, dichas obras de arte deberían regresar a Sijena. Cataluña recurrió, pero al Audiencia Provincial de Huesca desestimó el recurso, pese a lo cual, la Generalitat siguió negándose a cumplir la sentencia y devolver las 97 obras de arte.
El Tribunal Supremo confirmó ese año 2015 la propiedad aragonesa de las obras procedentes de Sijena depositados en el Museo Diocesano de Lérida.
Año 2016: regresan a Sijena las primeras obras expoliadas
Finalmente, la Generalitat cedió en parte y devolvió al Monasterio de Sijena 53 obras de arte depositadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en julio de 2016.
Sin embargo, se negó a devolver las 44 obras de arte depositadas en el Museo Diocesano de Lérida, alegando que las leyes de Cataluña las protegían como patrimonio catalán e impedían su salida de la comunidad.
También en el año 2016, el Juzgado de Primera Instancia Nº2 de Huesca condena al Museo Nacional de Arte de Cataluña «a restituir a la Sala Capitular del Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca), las pinturas murales». Era la primera gran victoria jurídica y moral de Sijena desde el saqueo de 1936.
Año 2017: regresa a Sijena el lote pendiente
Fue con la aplicación del artículo 155 de la Constitución en virtud del cual el Gobierno central intervino la Generalitat y disolvió el Gobierno autonómico por el referéndum ilegal de independencia en octubre de 2017, cuando surgió la oportunidad de cumplir la sentencia judicial y devolver a Sijena las 44 obras de arte vendidas irregularmente.
El entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ordenó que se cumpliera la sentencia judicial y que Cataluña devolviera a Aragón los 44 bienes vendidos irregularmente del Monasterio de Sijena.
Año 2020: la Audiencia Provincial de Huesca confirma la propiedad aragonesa
El 2 de octubre de 2020 la Audiencia Provincial de Huesca desestimó los recursos de apelación del Museo Nacional de Arte de Cataluña y de la Generalitat contra la sentencia de 2016, reconocía la propiedad aragonesa de las pinturas murales de Sijena y condenaba al Museo a devolver las pinturas murales.
Año 2025: el Supremo confirma la propiedad aragonesa de las pinturas
El 28 de mayo de 2025 el Tribunal Supremo confirmó la propiedad aragonesa de las pinturas murales arrancadas del Monasterio de Sijena y trasladadas de forma irregular a Cataluña.
En su sentencia, el Tribunal Supremo confirmaba la sentencia de la Audiencia de Huesca que ratificaba dicha propiedad.
Además, la Sala de lo Civil del Supremo obligaba al Museo Nacional de Arte de Cataluña a restituir a la sala capitular del Monasterio de Sijena sus pinturas.