Triunfo y cornada de Víctor Hernández

El sábado, sufrimos una corrida horrorosa, sin toros. Este domingo, en cambio, hemos vivido una muy interesante tarde de Toros, sólo empañada por la cornada sufrida por Víctor Hernández en el quinto toro.

Había cortado una oreja en su primer enemigo; dispuesto a amarrar el triunfo, salió al quite en el quinto toro, que no era de su lote, y fue cogido en el primer lance. Según el parte facultativo, sufre una «cornada en la cara interna del tercio medio de la pierna izquierda de 15 centímetros, que produce daños en la musculatura gemelar. Pronóstico: grave». Ha sido trasladado al Hospital Fraternidad.

En todo caso, ha demostrado una vez más su firme determinación de abrirse paso en el toreo, a costa de lo que sea. Los dos veteranos, Uceda Leal y Fortes, han dado también una tarde importante, como lidiadores clásicos: Uceda, sobre todo, con la espada, su gran arma; Fortes confirma que ha mejorado muchísimo, en esta nueva etapa de su carrera.

Se habían anunciado toros de tres ganaderías, Fuente Ymbro, El Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto (aunque éstas dos últimas sean hermanas, del mismo dueño). Así aparece todavía en la cubierta del programa de mano. Eso, a final de temporada, mosqueaba mucho a la afición: los revisteros clásicos lo llamaban «ensalada mixta»; los aficionados, simplemente, limpieza de corrales. ¿Es que no había seis toros de una sola ganadería para esta tarde, en Las Ventas? Parece ser que no.

Al final, sólo se han lidiado toros de dos divisas, El Puerto (1º, 2º y 6º) y Fuente Ymbro (3º, 4º y 5º), de encastes y zona ganadera diferentes. Felizmente, el resultado ha sido mejor de lo que podía esperarse. Los del El Puerto, manejables , mejor que en su última, comparecencia en esta Plaza. Los de Fuente Ymbro, muy serios, encastados, de juego variado. Se han aplaudido el 2º y el 3º.

En la última etapa de su carrera, el madrileño Uceda Leal es un diestro muy respetado y querido, en Las Ventas. Su toreo posee un sabor clásico que aquí se sabe saborear. Y, por supuesto, ha sido uno de los mejores estoqueadores de los últimos tiempos.

El primero, de El Puerto, alto y largo, supera los 600 kilos, flaquea pero tiene cierta nobleza. Fortes dibuja suaves lances en un bonito quite. Brinda Uceda al público. Comienza con estupendos ayudados por bajo, manda en los derechazos y en alguna preciosa trincherilla. Todo lo que hace desprende un clasicismo que ahora raras veces vemos: muleta planchada, solemnidad, buen gusto… Cuando nos estábamos relamiendo con lo que íbamos a ver, el toro dura poco, protesta y la faena se frustra. Con su gran estilo, deja un pinchazo arriba y una buena estocada, cruzando, como mandan los cánones: saluda una fuerte ovación.

Es muy serio el cuarto, de Fuente Ymbro, que va bien al caballo tres veces pero sale de naja. El toro protesta en los primeros trincherazos, saca genio, pega arreones. La lidia de Uceda es correcta pero sin lucimiento. Y desiste. Con facilidad, agarra una excelente estocada: en esa suerte, deberían aprender muchos toreros jóvenes de este veterano.

Por la cogida de Víctor Hernández, le toca matar el último, de El Puerto, que mansea y flaquea de salida; empuja en el caballo, echando la cara arriba; embiste a la muleta con feo estilo, descompuesto, pegando cabezazos. Lo trastea con oficio y lo mata rápido y con guapeza: lo que correspondía.

Ha sorprendido gratamente Fortes en esta nueva etapa: ahora, le cogen menos los toros y torea mucho mejor. Guardamos en el recuerdo su faena de San Isidro, una de las más artísticas de la Feria. ¿Cómo ha mejorado tanto, toreando tan poco? Ya lo dijo Leonardo da Vinci: «La pintura es cosa mental». Y eso vale para cualquier arte, incluida la Tauromaquia.

El segundo, de El Puerto, vuelve al revés, no se entrega en el capote, que Fortes maneja ahora con más gusto que antes. El toro cumple en el caballo pero lo pican mal. Víctor Hernández muestra cómo viene esta tarde en un arriesgado quite, con el capote a la espalda. Saluda en banderillas Raúl Ruiz. El toro mansea pero se mueve y transmite. Fortes comienza con estupendos muletazos, rodilla en tierra. Dibuja lentos y templados derechazos de mano baja; por la izquierda, el toro va peor. Es una faena de estética y de riesgo, muy aplaudida. Mata a la tercera y se esfuma el posible trofeo.

Muy abierto de pitones es el quinto, acogido con aplausos. No se entrega en el capote, es incierto; lo pican mal. No está claro pero Víctor Hernández cita impávido para el quite y sufre la cogida. Se viven momentos de angustia cuando el toro embiste a los que lo llevan a la enfermería. Fortes aguanta las irregulares embestidas y pasa algún momento de apuro. Además de artista, está mucho más seguro que antes, como lidiador. Con un toro complicado, no triunfa pero no pierde los papeles sino que, tragando, le saca algunos muletazos. Esta vez logra una buena estocada ; la vuelta al ruedo es el justo premio a una tarde francamente buena.

Víctor Hernández, de Los Santos de la Humosa (Madrid), alumno de la Escuela Taurina de Guadalajara, es uno de los matadores que me ha hecho pasar más miedo, esta temporada. Lo digo con todo respeto, por supuesto. (El otro sería David de Miranda). Para abrirse paso, arriesga muchísimo, con un estilo parecido al de José Tomás, basado en la quietud vertical. En su presentación en Madrid, salió por la Puerta Grande. Tomó la alternativa hace un par de temporadas. El pasado mes de junio, sufrió una grave cornada, con fractura en el cráneo, en Torrejón de Ardoz.

Aplauden de salida la cabeza espectacular del tercero, de Fuente Ymbro, muy armado. Va pronto al caballo pero le alivian el castigo porque flojea un poco. Comienza el diestro con estatuarios. El toro tardea y Víctor, muy firme, aguanta parones; jugándosela, colocado muy de verdad, le saca naturales limpios, con mucho mérito. Toda la faena ha sido por el lado izquierdo. Estocada entera, el bravo toro se traga la muerte, en una hermosa estampa, muy aplaudida: merecida oreja.

Ya he comentado que el quinto no estaba para quites impávidos pero Víctor Hernández se empeñó en hacerlo y lo pagó con sangre. Merece todo nuestro respeto, por supuesto, pero también hay que saber lo que cada toro pide, en cada momento, sin atropellar la razón. Le deseo que se reponga pronto. Ha vivido esta tarde las dos caras de la Fiesta, el triunfo y la cornada. Espero verlo más veces la próxima temporada. Los aficionados de Las Ventas ya lo conocen y no lo van a olvidar.