El ministro de Cultura, Ernest Urtasun
Urtasun convierte los Premios Nacionales en una condecoración sanchista
El desprestigio de los Premios Nacionales continúa con una deriva de manipulación ideológica
Es difícil desprestigiar más los Premios Nacionales que otorga el Ministerio de Cultura de lo que los ha desprestigiado el ministro Urtasun.
Con él al frente del ministerio se ha acentuado y llevado a su máximo grado de desvergüenza el empleo de un galardón que debería servir para promocionar y premiar la cultura española, para atar en corto a escritores y creadores afines a los partidos del gobierno de coalición PSOE-Sumar y crear la ficción de una cultura alineada mayoritariamente con los postulados de izquierda.
En contra de lo que pueda parecer, no es así. El mundo de la cultura en España, por mucho que le pese al gobierno y al ministro Urtasun, es muy plural y probablemente ni siquiera esté mayoritariamente alineada con el gobierno.
Pero eso es lo de menos, lo importante es crear una ficción para crear un relato y un mundo irreal que luego se pueda vender a la ciudadanía. Un procedimiento clásico de la propaganda en regímenes autoritarios que desde Moncloa no se duda en aplicar con absoluto cinismo. ¿Tácticas derivadas de ese famoso Manual de resistencia?
En ese contexto se circunscribe también el reciente ataque del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, contra el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado.
La RAE es de las pocas instituciones libres e independientes en las que Moncloa aún no ha logrado meter sus manos. Y eso es algo que para Sánchez y Urtasun resulta intolerable.
Un vistazo general al panorama cultural puede ayudar a entenderlo. Los museos estatales, como el Museo del Prado, el Reina Sofía, el Museo de América, el de Antropología o el Arqueológico Nacional (unos más que otros, es cierto), son ya herramientas desde donde promover la agenda ideológica del gobierno: descolonización, feminismo, ecologismo, indigenismo…
El Instituto Cervantes, un instrumento con el que atacar a la administración Trump por promover el inglés como lengua oficial de Estados Unidos frente a un español cuya influencia no deja de crecer, al mismo tiempo que en España el mismo Instituto acepta, defiende y hasta promueve la inmersión lingüística en catalán, vasco y gallego que convierte al castellano en una lengua de segunda en comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco o Galicia.
Lo de los Premios Nacionales es una pieza más del puzle. No es casualidad que, en general, el perfil de los ganadores sea siempre el mismo: de izquierdas, independentista o activistas de la ideología de género.
De modo que, al final, los Premios Nacionales han quedado reducidos a una suerte de condecoración a los méritos sanchistas de quienes los ganan.