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Esculturas femenina y masculinaCasa de México

La bella muestra de arte mexicana que desenmascara el indigenismo ideológico del propio Gobierno mexicano

La exposición en la Casa de México de Madrid refleja «partes de un mismo mundo que no compiten», sino que se unen como en la misma esencia de la Hispanidad

Está en Madrid. En la Casa de México de la capital de España. Se trata de una bella exposición del propio Gobierno mexicano sobre el arte representado en las mujeres indígenas durante miles de años: «La mitad del mundo. La mujer en el México indígena. El ámbito divino», que se puede visitar desde el 4 de octubre de 2025 hasta el 15 de febrero de 2026.

Sheinbaum y López Obrador

Sorprende por venir de donde viene (siendo lo que es), el Ejecutivo «indigenista» y «feminista» de Claudia Sheinbaum, heredero del hostil y falaz indigenismo de López Obrador, difusor de la leyenda negra española, semejante muestra de arte verdadero y revelador de las propias incongruencias ideológicas de quien curiosamente lo financia y promueve.

Representación indígena universal de la unión del hombre y la mujer

Representación indígena universal de la unión del hombre y la mujerCasa de México

La exposición presenta a la «mujer como ideología», afirmación que después se va desdiciendo con la belleza y la verdad de las obras expuestas y su significado. Es como si se intentara transmitir algo a través de enunciados que las mayormente esculturas desmienten, incluso las palabras que las explican.

«Opuestos complementarios»

La misma idea de bienvenida de la muestra reza: «Lejos de tratarse de una concepción maniquea o reduccionista, el planteamiento parte de la idea de los opuestos complementarios e interdependientes, que es la base común sobre la que los distintos pueblos ancestrales construyeron su propio entendimiento del mundo».

Representaciones femeninas de arte antiguo mexicano

Representaciones femeninas de arte antiguo mexicanoCasa de México

Es la visión de «la mitad del mundo» desde el equilibrio que representa la dualidad hombre-mujer. Antiguas concepciones simbólicas como la muerte femenina y la vida masculina, y así la noche y el día o la tierra y el cielo, respectivamente. Partes de un mismo mundo que no compiten, sino que se unen, como la esencia de la Hispanidad y en contraposición al indigenismo y al feminismo ideológico.

«Los cuerpos floridos»

Una exposición donde los cuerpos, «los cuerpos floridos» los llaman, también se oponen al concepto del arte moderno de la corporeidad, donde la belleza no es el objeto, al contrario que en el arte mostrado. Es la belleza del cuerpo en su dimensión natural, universal, en sus concepciones simbólicas, poéticas, bellas al fin, contra la fealdad de un arte moderno que es hoy bandera del indigenismo falaz y ajeno a la idea esencial del arte: la tan repetida belleza.

Mexico

La diosa Tlazoltéotl, divinidad de la fertilidadCasa de México

Donde la mujer es sagrada, la «sacralidad femenina», pero no en guerra contra el hombre, sino en perfecta armonía. Así veían los pueblos indígenas a la mujer en la constatación de la tergiversación sectaria de la cultura indígena por parte de los Gobiernos actuales, en este caso el de México.

Habla el arte expuesto de una feminidad no idealizada, sino equilibrada y en una evolución constante sin rupturas, como expresamente se advierte en la representación de las deidades antiguas cuando se resignifican en vírgenes cristianas tras la Conquista.

«Sustitución no impuesta»

Esa sustitución natural «no impuesta» es simplemente una «continuidad bajo nuevos símbolos»: el antónimo de la separación, de la reivindicación como bandera del propio Gobierno mexicano frente a España a la que exigió pedir disculpas por la propia Conquista y los agravios sufridos a los pueblos indígenas que esta misma exposición de la Casa de México, con toda su verdad íntima, artística e histórica, imposible de manipular, refuta con sutiles y al mismo tiempo contundentes y sencillas formas.

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