El Renacimiento en Nápoles es uno de los capítulos menos estudiados en la historia del arte y a él dedica el Museo del Prado una exposición que pone de relieve la importancia que en él tuvieron los artistas españoles que primero viajaron a Florencia, Roma y Venecia, epicentros del Renacimiento, para luego instalarse en Nápoles, recién incorporada al territorio español, dando lugar a un arte peculiar, más plural y menos codificado. Como explica Manuel Arias, comisario de la exposición.
Una exposición organizada por el Museo e Real Bosco di Capodimonte de Nápoles, junto al Museo Nacional del Prado, plantea hasta el 29 de enero un recorrido por la cultura del Renacimiento europeo, compuesta por 75 obras (44 pinturas, 25 esculturas, cinco libros y un retablo) procedentes de colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales, pretende recorrer los primeros años del siglo XVI, la geografía de Nápoles y pintores y escultores italianos y españoles, que conforman un panorama artístico a menudo considerado secundario respecto a los tradicionales focos del Renacimiento.