Askari (1860)
Es el retrato de un soldado indígena marroquí al servicio de las fuerzas coloniales. Fortuny retrata con exactitud al hombre, que aparece de cuerpo entero, de pie y en el centro de la composición, sobre un fondo oscuro y grisáceo. Destaca sobre el fondo gracias a su vestimenta, turbante azul, amarillo y rojo en la cabeza, túnica blanca abierta por los lados, cinturón rojo, y bombachos también de color rojo. Obra de pincelada vibrante y vigorosa y de contornos rotos por el trazo nervioso, características propias y singulares del pintor nacido en Reus.