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25 de abril de 2024

Exposición de Blake y Mortimer en Bruselas

Exposición de Blake y Mortimer en BruselasEFE

Blake y Mortimer, el hito del cómic que cumple 75 años

La exposición profundiza en los secretos que han convertido el relato de Edgar Jacobs en un icono

Explorar el significado íntimo de la primera publicación del cómic Blake y Mortimer es el afán de la exposición El secreto del pez espada, que acogerá el Centro Belga del Cómic de Bruselas desde el próximo jueves con motivo del 75 aniversario de su creación.
El profesor Philip Mortimer es un físico nuclear siempre embarcado en toda clase de aventuras detectivescas y conflictos internacionales. Su compañero es el capitán Francis Blake, piloto de la Royal Air Force y capitán del MI-5, el servicio de inteligencia británico. Ambos tienen claras referencias a Holmes y Watson. Frente a ellos siempre está el malvado coronel Olrik, el Moriarty de la trama, intrépido y distinguido, el villano que siempre logra salir indemne de todas las dificultades para volver a aparecer en el siguiente episodio.
La primera historia, creada por el escritor belga Edgar Jacobs, apareció en el primer número de la revista Tintín en septiembre de 1946 bajo el título que da nombre a la exposición.
Jacobs nació en 1904 en Bruselas. Trabajó en la ópera (una de sus pasiones) de París antes de la guerra. Tras la toma de la ciudad por los nazis regresó a Bélgica, donde conoció a Hergé, el creador de Tintín, en 1941. Mientras ejercía toda clase de trabajos, un editor le propuso hacer la versión francesa de Flash Gordon, pero el proyecto fue suspendido, apenas empezado, por la censura alemana.
Más tarde el mismo Hergé lo contrató para trabajar juntos en algunas de las historias ya publicadas de Tintín después de ver los decorados que había diseñado para la versión teatral de Tintín en La India. Al mismo tiempo comenzó a ilustrar La Guerra de los Mundos, de H.G. Wells, y recibió el encargo de diseñar la portada y lanzar su propia serie de cómics en el primer número de Los cuadernos de Tintín.
La muestra, que coincide con el lanzamiento de un nuevo álbum, firmado ahora por el guionista Jean Van Hammel, profundiza en los secretos que han hecho del relato de Jacobs uno de los más icónicos, como el hecho de que los dibujos de los protagonistas están basados en dos amigos cercanos de Jacobs y su principal enemigo, Olrik, guarda una apariencia similar a la del propio autor, según explica Daniel Couvreur, comisario de la exposición que permanecerá abierta hasta el 16 de abril.

Éxito instantáneo

Las historias de Blake y Mortimer fueron un éxito de público instantáneo, en especial entre los adultos (marcaron el hito de ser los primeros cómics para niños protagonizados por adultos), y, junto con las aventuras de Tintín, se convirtieron en el mascarón de proa de la llamada «línea clara» de la historieta de origen franco-belga, además de una de las series de referencia. Uno de sus episodios, La Marque Jaune, está considerado como una de las obras maestras del cómic de todos los tiempos.
«Fue el primero en entender cómo los colores eran importantes en los cómics, tal vez porque venía de la ópera, donde allí tenía experiencia con la luz y la importancia del color en la acción, en la tragedia y en la dramaturgia. Y toma los colores para contar más en la historia, no sólo para ilustrarla», recuerda Couvreur.
«Quería conocer hasta el último detalle del tema. Se leía todos los libros, consultaba expertos y dibujaba borradores in situ. Si no podía visitar algún lugar, como el Museo del Cairo o la Torre de Londres, se hacía con fotografías. Si sentía que le faltaba información para una historia, se negaba a seguir hasta que no la conseguía», explican sobre su afán perfeccionista, que siempre impresionó hasta al propio Hergé.
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