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29 de abril de 2024

Portada de 'Nosotros'

Portada de 'Nosotros'Salamandra

'Nosotros': la madre de todas las distopías políticas

El ruso Zamiatin escribió esta pesadilla futurista antes que nadie vislumbrara los grandes desastres políticos que se avecinaban. Por su papel de visionario e inspirador merece mucho ser leída.

Llevaba tiempo queriendo leer Nosotros de Yevgueni Zamiatin, una de las primeras distopías, escrita en 1920, inspiradora en parte de 1984, de George Orwell. Finalmente he podido acceder a ella a través de una primorosa edición de Salamandra. Marta Rebón la ha traducido directamente del ruso y ha mantenido la compleja puntuación del original. El libro cuenta además con tres introducciones de lujo, firmadas por Margaret Atwood, George Orwell y Ursula K. Le Guin. Por si esto fuera poco, cuenta con un aparato crítico a cargo de Ferrán Mateo. Todo un despliegue de medios para hacer de este libro una presencia obligatoria para todos los interesados en las distopías políticas, la ciencia ficción y la revolución soviética.
Nosotros está localizado en el siglo XXVI. La guerra de doscientos años diezmó la población mundial, pero gracias a esto pudo reconstruirse de cero, llegando a lo que parece ser un mundo ideal donde el dolor y el sufrimiento están completamente extirpados del individuo. Esta utopía, que nos recuerda en parte a la descrita en Un mundo feliz de Huxley, es contemplada desde la actualidad con horror. Se paga la presunta felicidad con la moneda de la libertad y los sentimientos. El resultado es un mundo extraordinariamente tecnificado y racionalizado, donde la individualidad no existe pero el funcionamiento es tan exquisito como la maquinaria del mejor reloj. Los humanos no tienen nombre sino número y su vida está ordenada bajo un estricto horario en el que solo disponen de dos horas diarias para sus asuntos propios. El resto del tiempo está perfectamente organizado: todos comen a la vez (y casi mastican a la vez); todos pasean a la vez (y mueven las piernas en orden militar), todos trabajan, duermen e incluso aman al unísono. La intimidad está excluida gracias al gran invento de las paredes de cristal con que están construidas todas las casas, que son unipersonales porque no existe la familia: la reproducción y crianza está a cargo del Estado.
El protagonista del libro, D-503, es un ingeniero cuadriculado que vive absolutamente feliz en ese mundo: odia las emociones y los imprevistos, ama el orden. Está trabajando en la construcción de una nave estelar y ha decidido describir su vida para ilustrar a hipotéticos extraterrestres de los logros obtenidos por la humanidad. El conflicto aparece cuando conoce a una mujer, I-330, que es parte de la resistencia y le introduce en su mundo. Al igual que en 1984 es una mujer la que despierta la conciencia del protagonista. En este caso, D se enamora y todo su mundo ideal se desmorona. Un médico al que va a consultar le diagnostica una terrible enfermedad: ha desarrollado un alma. A partir de ese momento, el mundo ideal se convertirá en pesadilla.
Portada de 'Nosotros'

salamandra / 285 págs.

Nosotros

Yevgueni Zamiatin

Para leer esta novela, tenemos que ser conscientes del momento en que se escribió, pues entra dentro de las vanguardias literarias de la época, con muchas de las características del futurismo o incluso de la abstracción. Zamiatin utiliza una prosa concisa y precisa, sin adornos innecesarios, que se asemeja a los experimentos lingüísticos y sintácticos llevados a cabo por los futuristas rusos. Es especialmente notorio el uso de rayas que normativamente aparecen en diálogos pero aquí cortan las frases por la mitad o delimitan oraciones en lugar de comas o puntos. La estructura de la novela está asimismo compuesta por breves fragmentos que, al igual que los cuadros cubistas o los collages dadaístas, se ensamblan para crear una imagen completa yuxtapuesta, generando una sensación de fragmentación y ruptura con las convenciones literarias tradicionales. Las descripciones del mundo, y especialmente de las personas, se hace a través de figuras geométricas, líneas y planos, u objetos industriales. El resultado es un libro de prosa complicada, intensa, dolorosa incluso, pero muy coherente tanto con la personalidad del narrador protagonista como del mundo mecanizado y absolutamente deshumanizado en el que vive
Zamiatin escribió Nosotros varios años antes de que la pesadilla totalitaria cruzara Europa. Él mismo participó en la revolución soviética pero supo ver el germen de lo que luego vendría. Se exilió de su país y moriría en el exilio. Nosotros no apareció en ruso hasta 1988. Como decimos, es un libro muy recomendable, pese a la dificultad de su lectura.
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