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'La dictadura de la apatía': mapa y brújula de lo que tenemos encima
Un texto indispensable para entender el grave experimento de ingeniería social de la Factoría woke y el mal gobierno
Nos encontramos ante la mayor ofensiva de los centros de poder y gobierno contra la libertad de los ciudadanos.

Sekotia (2025). 145 Páginas
La dictadura de la apatía. La progresiva e imparable domesticación de Occidente
Una sociedad adormecida acepta que le impongan todos los recortes de derechos elementales: la libertad de expresión, la presunción de inocencia o la igualdad ante la justicia.
Las consecuencias de estos recortes atacan a todos los ámbitos de la vida, desde la educación de los hijos hasta la nómina o la actividad profesional.
Si no lo evitamos, próximamente el Estado tomará el control sobre nuestro dinero con la implantación del euro digital y, como jamás se vio, un control completo sobre nuestra privacidad; ese maravilloso e irrenunciable ámbito de la vida privada, que tenemos que proteger de cualquier intromisión.
Ante esta situación, lo primero es entender qué está pasando. Como decían en la antigua Roma: «scientia est lux», o el conocimiento es luz.
Para poder hacernos la foto completa, Pablo Cambronero, exdiputado de Ciudadanos, analiza los problemas y amenazas y nos expone una cartografía precisa en el ensayo La dictadura de la apatía. La progresiva e imparable domesticación de Occidente.
En una primera parte, el autor nos ofrece un análisis de la situación de apatía en la población en Occidente y cómo las élites y los centros de poder actúan para domesticar a la ciudadanía.
Existe mucha confusión y lejanía, pero las decisiones que se toman desde esa lejanía en los centros de poder nos afectan negativamente. Pablo Cambronero acuña el término Factoría woke, para referirse a las estrategias empleadas para estructurar políticas y dirigir a la sociedad hacia objetivos que actúan contra los ciudadanos y sus necesidades.
Son en las batallas culturales donde se lanzan sin cesar mensajes de todo tipo a cualquier individuo a través de los medios de comunicación. Conceptos como el «bien común» o «seguir a la ciencia» significan con frecuencia que se debe seguir a un grupo de poder. La finalidad es separar en bloques a la sociedad entre buenos y malos.
El poder promueve la neorreligión woke, manipula a través de las emociones y juega muy bien con la confusión de derechos y deseos. Pero no vivimos en Camelot. Tenemos que estar muy alerta con todo aquello que puede hacernos perder nuestras libertades.
Pablo Cambronero es el hombre adecuado para contar cómo desde su experiencia. A una formación en derecho añade la sabiduría de la vida por ser policía y haber patrullado la ciudad; conoce las calles, a la gente corriente y los pasillos del Congreso por haber sido diputado. En opinión de Juan Carlos Girauta, excompañero del autor y prologuista, fue «el diputado más productivo posiblemente desde las legislaturas del siglo XIX».
El autor nos plantea en la segunda parte del libro una propuesta de actuación en todos los campos de la guerra cultural: la educación, los medios de comunicación y la vida cotidiana.
La brújula y el mapa de lo que tenemos encima se presentan en un libro breve, de ágil lectura y lenguaje claro y preciso.
El libro de Pablo Cambronero es complementario de otro texto titulado La fuerza del relato, de Luis María Ferrández, en donde analiza y nos muestra cómo se construye el discurso hegemónico a través de las emociones e impone su relato ideológico frente a la realidad para moldear la vida de los ciudadanos.
Para finalizar, Pablo Cambronero ofrece una invitación para salir de Matrix. En esta vida, o se toma partido, o la vida toma partido por nosotros. En una sociedad anestesiada, la primera batalla consiste en tomar partido: una opción individual, de ahí la heroicidad en una guerra cultural que necesita más humor y épica.
Como bien dijo Astérix a los romanos: «audere est facere», o atreverse es hacer. Disfrute de la lectura.