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05 de mayo de 2024

Imagen promocional de la ópera Adriana Lecovreur

Imagen promocional de la ópera Adriana LecouvreurTeatro Real

El Real reclama más recursos para poder bajar el precio de las localidades

La programación del próximo curso lírico se decanta por la ópera barroca, con hasta ocho títulos, además de inaugurar su temporada con la misma producción de Adriana Lecouvreur que se podrá ver este mes de junio en Barcelona, para rendirle homenaje al tenor José Carreras

Los aficionados a la programación operística que ofrece el Teatro Real ya pueden respirar aliviados. «Pese al incremento en los precios del hierro y las maderas, no habrá subida en el de la entradas», según manifestó, ayer, Gregorio Marañón, presidente de la institución, durante la presentación de la temporada 24/25 del coliseo madrileño. El Real ofrece las localidades más altas de las casas líricas europeas en sus estrenos, pero por ahora «resulta imposible bajarlas». Marañón reclamó un incremento de las aportaciones públicas para hacerlo viable, ya que hasta ahora las subvenciones «sólo representan el 31% de todos los ingresos del teatro». No obstante, anunció que se está trabajando en posibles ajustes que abaraten las localidades «en todos los sectores» para el curso 25/26.
Imagen promocional de la ópera María Stuarda

Imagen promocional de la ópera María StuardaTeatro Real

La nueva temporada, que se inaugurará en septiembre con la misma producción de la ópera Adriana Lecouvreur de Cilea que este junio se podrá disfrutar en el Liceo barcelonés (eso sí, allí con mejores repartos) pareciera que se propone disputarle el cetro a la muy consolidada, estupenda programación lírica que, bajo el título de «Universo Barroco», viene ofreciendo desde hace años el Centro Nacional de Difusión Nacional, en el Auditorio. Hasta ocho títulos de compositores barrocos se ofrecerán en el próximo curso, con predominancia absoluta de G.F. Händel, del que se han programado cuatro: Theodora, Jephta, Alcina y Tamerlano, esta última bajo la batuta del especialista René Jacobs. Además, se podrán disfrutar otros títulos infrecuentes como David et Jonathan de Charpentier, El hombre mujer de Baldassare Galuppi, La Merope de Terradellas y Les Indes galantes de Rameau.

El teatro rendirá homenaje a José Carreras

El repertorio «puro y duro» casi brilla por su ausencia (ni rastro de Rossini, Bellini, Puccini, Strauss o Wagner), con varias excepciones. A la citada Adriana Lecouvreur de Cilea, que hasta ahora nunca se había exhibido en este teatro, se une La Traviata de Verdi con la que se espera aliviar la taquilla en verano del año próximo, a razón de 18 funciones para un doble reparto en el que se alternan Nadine Sierra y Adela Zaharia como sopranos protagonistas, junto a los tenores Juan Diego Flórez y Xabier Anduaga y los barítonos Luca Salsi y Artur Rucinski . En la Adriana, que el Real dedicará al tenor José Carreras en el 50 aniversario de su actuación en esta ópera, en el Teatro de la Zarzuela, estará presente la extraordinaria mezzo letona Elina Garança, que hace su debut escénico en esta casa.

El curso venidero traerá el estreno de una nueva producción del 'Eugenio Oneguin' de Chaicovski debida al omnipresente director de escena Christof Loy

Del resto de óperas verdianas, solo dos han merecido una atención menor como «obras en concierto». I Lombardi y Attila, dos de sus creaciones del primer periodo creativo, recaerán en batutas briosas, las de Daniel Oren y Nicola Luisotti, respectivamente. En la primera destaca la presencia de la soprano Anna Pirozzi, escoltada por el tenor Francesco Meli. Con Attila, que protagonizará Sondra Radvanovsky, se pretende rendirle homenaje a la histórica soprano gallega Ángeles Gulín, aunque durante la presentación de ayer el mayor protagonismo recayó en el libretista de esta obra, Temistocle Solera, el inefable director artístico del Teatro Real al que se llegó a relacionar con Isabel II. Joan Matabosch, actual responsable del coliseo madrileño, reclamó la imperiosa necesidad de una película para contar la historia de tan fascinante personaje.
Además, el curso venidero traerá el estreno de una nueva producción del Eugenio Oneguin de Chaicovski debida al omnipresente director de escena Christof Loy, que contará con la presencia del director español Gustavo Gimeno en el foso, un año antes de hacerse cargo de la titularidad. De otro compositor ruso, Rimski-Korsakov, también se ofrecerá un nuevo montaje, este debido al polémico Dmitri Tcherniakov, de El cuento del zar Saltán, con dirección musical de Karel Mark Chichon. Mientras, la soprano estadounidense Lisette Oropesa protagonizará la primera Maria Stuarda de Donizetti en la historia del teatro.

Estrellas como Netrebko, solo en concierto

El capítulo de estrellas, pese al encomiástico anuncio inicial de Marañón («aquí actúan las mejores voces del mundo», dijo), no parece terminar de cuajar. Además de la Garança, pasarán por el Real Joyce di Donato (Theodora), Pretty Yende (Mitridate de Mozart) y Sondra Radvanovsky (Attila) de Verdi. La diva de estos tiempos, Anna Netrebko, que inaugurará la próxima temporada de La Scala junto al tenor Jonas Kaufmann con La forza del destino, una de las «óperas españolas» de Verdi, interpretará una gala al lado de su consorte, Yusif Eyvazov. Del mismo modo, habrá que conformarse con escuchar al tenor Piotr Beczala y a la soprano Asmik Grigorian solamente en concierto.
La creación española tendrá casi tan poca suerte como los cantantes patrios, que aquí, pese a honrosas excepciones, parecen contar mayormente para completar los repartos en los roles secundarios. El Real anuncia, ahora, el estreno de Tejas verdes de Jesús Torres, emparejada en un doble programa con La vida breve de Falla en un nuevo montaje de Rafael Villalobos. Y a mayores, se incorpora la interpretación por primera vez, pero solo en concierto y en una única función, de La Merope de Domenec Terradellas. La Compañía Nacional de Danza ofrecerá el ballet Don Quijote, con música de Ludwig Minkus, en una coreografía de José Carlos Martínez.
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