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El compositor Pietro Mascagni

El compositor Pietro Mascagni

Mascagni, el olvidado músico oficial de Mussolini resucitado por el cine con su famoso 'Intermezzo'

Del mismo modo que unas veces fue un prodigio de exuberancia en el carácter, otras el abatimiento le enterró, casi exactamente lo mismo que sucedió con sus obras, la más famosa de ellas Cavalleria Rusticana

Tanto ha sido convertida Cavalleria Rusticana en la gran ópera del cine, a pesar de apenas durar una hora, o precisamente por ello, que a Pietro Mascagni, su autor, se le tiene a menudo por un compositor de una sola obra. Pero no es así. Mascagni no es el Giusseppe Tommasi de Lampedusa de la música (aunque Cavalleria sí fue su Gatopardo), sino un pequeño proyecto personal de un Mozart de Livorno.

Su padre quería que estudiase Derecho. Pero cuentan que a los 13 años encontró un libreto llamado Zilia, al que se empeñó en ponerle música de modo espontáneo, sin conocimientos y sin antecedentes. El piano que aporreaba acabó en la basura y él, seis años más tarde, en el conservatorio de Milán. Pasó tres años difíciles allí donde no fue comprendido y donde nunca se encontró a gusto.

Terminó abandonándolo y emprendiendo una carrera de semi feriante de operetas de gira constante por Italia. Unos años después compuso Cavalleria Rusticana, basado en el cuento popular de Giovanni Verga, para un concurso que ganó. La ópera se estrenó primero en Italia y después en todo el mundo con gran éxito. Fue a partir de entonces director de orquesta, compositor de cine y celebridad al mismo tiempo.

Entregado a Mussolini

Dijo de sí mismo: «El hombre que el mundo conoce en mí no es real. Todos creen que estoy hecho sólo para ser gracioso y feliz. Pero no es así. Soy más bien melancólico y tengo que esforzarme mucho para no mostrarme como realmente soy» Esa particularidad íntima acabó mostrándose en plenitud en sociedad. Del mismo modo que unas veces fue un prodigio de exuberancia en el carácter, otras el abatimiento lo enterró, casi exactamente igual que en sus obras.

Fue un rebelde por necesidad imperiosa que se apoyó siempre en su mujer, Lina, la responsable del envío de Cavalleria Rusticana a concurso, en medio de las dudas de él. En el amor también vivió con dualidad entre el polo de su esposa y el de su amante Ana Lolli. De ninguna se separó, viéndose durante décadas en secreto con la segunda, y con ambas permaneció durante toda su vida, incapaz de decidirse y de pararse y de contener sus sentimientos.

Entregado a Mussolini y al fascismo desde los años veinte como compositor del régimen, esto hizo que su figura, de gran relevancia en vida, se apagara después de muerto en la pobreza en 1943. Fue resucitado por el cine, mayormente por Scorsese y Coppola, mientras Jake LaMotta bailaba esplendorosamente en el cuadrilátero o un anciano Michael Corleone se moría sentado en una silla de repente, al sol de Sicilia y al son de la música por la que Mascagni, en su primera representación hace 130 años, tuvo que salir a saludar 40 veces.

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