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Luka Modric celebra la victoria contra el PSG

Luka Modric celebra la victoria contra el PSGGTRES

Modric, una historia de guerra, lucha y superación

El futbolista croata tuvo que abrirse paso en medio del conflicto de los Balcanes, pero también a través de otras dificultades hasta alcanzar la gloria en el Real Madrid

Luka Modric nunca lo tuvo fácil. Por eso ahora es un caso único. Los obstáculos han conformado al héroe que con 36 años juega mejor y con más fuerza (y por supuesto con mayor sabiduría) que a los 30. Uno de los sueños de los hombres es tener la cabeza de un hombre maduro y el físico de un hombre joven. Luka Modric lo ha conseguido. Lo comprobó el Paris Saint-Germain al completo rodeándole y tratando de pararlo sin éxito en los medios, mientras el pequeño gran croata avanzaba sin remisión con esa figura tan suya de silueta de marca para poner en las botas de Vinicius primero y luego de Benzema el segundo gol.

Modric controla el balón por delante de Verratti

Modric controla el balón por delante de VerrattiGTRES

El avance de Luka sobre el campo se asemeja al avance de un soldado de la I Guerra Mundial salvando bombas y saltando de la trinchera entre socavones. Casi eso fue lo que tuvo que hacer durante su infancia en la guerra de los Balcanes. A su abuelo le quemaron la casa y después lo mataron. La familia anduvo desplazándose durante el conflicto, viviendo como refugiados.

Cuenta el protagonista que recuerda los cortes de electricidad y de agua doscientos días al año y los entrenamientos bajo las bombas, la realidad cotidiana de aquellos primeros años. Cuando la guerra acaba al pequeño Luka, nunca mejor dicho, le sobreviene otro problema (lo cuentan Vicente Azpitarte y José Manuel Puertas en su libro Luka Modric, el hijo de la guerra). Croacia es uno de los países más altos y Luka era bajo. Por ese motivo le rechaza el Hadjuk Split, el equipo de su región, Dalmacia, y termina jugando para el Dinamo de Zagreb.

Modric forjó su carácter bajo las bombas y después en la durísima liga bosnia

Como en todas las grandes historias aparece un personaje que ayuda al protagonista. El abate Faria ayuda a Edmundo Dantés en El Conde de Montecristo y Tomislav Basic ayuda a Luka Modric. Basic, entre otras muchas cosas, le dice al joven Luka que haga el pino con frecuencia y no le permite entrenar porque está convencido de que la ausencia, por simple intuición (hoy existen estudios que avalan esta tesis), de actividad física le permitirá crecer. Y es cierto que crece unos centímetros.

Modric celebra un gol con sus compañeros

Modric celebra un gol con sus compañerosGTRES

Fueron los tiempos de la liga de Bosnia, una competición durísima con una variedad étnica, política y religiosa objeto de tremendas susceptibilidades y disputas donde los árbitros hacían lo que podían. El lugar menos indicado para un jugador de talento al que siempre se le pone en el punto de mira. Luka sufre mucho en aquella liga, pero se le forja el carácter y se convierte en el mejor con solo 18 años. Del Zrinjski de Mostar pasa al Inter Zapresic, y de allí al Tottenham antes de llegar para siempre al Real Madrid.

El mejor futbolista del mundo en 2018

Modric siempre tuvo que ganarse la vida y el puesto con sudor. También en su llegada al Real Madrid como apuesta de Mourinho y por detrás de Kaká y de Özil. Su historia en el Madrid es un poco la historia resumida de su vida. Luka tiene que seguir luchando hasta convencer a todos, hasta conseguir ser titular y querido, pero lo consigue, como todo. Como ser el mejor futbolista de Croacia, dicho por el mismísimo Suker, hasta llegar a ser el mejor jugador del mundo en 2018, o mejor que eso: el futbolista querido que sigue asombrando al mundo y que cuando habla, no ahora con 36, sino desde hace muchos años, el vestuario del Real Madrid calla.

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