Los jugadores del Real Madrid, con el Trofeo Teresa Herrera, en La Coruña, en 2013
La decadencia de los torneos de verano: la tradición que el 'nuevo' fútbol se llevó
Trofeos como el Teresa Herrera, el Ramón de Carranza o el Colombino eran fijos para grandes equipos. Ahora, con temporadas que cada vez empiezan antes, han quedado olvidados y sin foco mediático
Hubo un tiempo en el fútbol español en el que jugar los denominados torneos de verano era de gran prestigio. Los equipos incluso se 'peleaban' por disputarlos y la imagen de varios jugadores teniendo que levantar esos enormes trofeos de muchos kilos de peso era siempre muy codiciada. De aquello, que no pasó hace muchos años, no queda prácticamente nada.
En unos tiempos de modernización en todos los sentidos del fútbol, trofeos como el Teresa Herrera, el Ramón de Carranza o el Colombino no tienen hueco ya para los principales clubes y para el aspecto mediático. Lo que antes eran torneos de gran fama que daban solera al verano y avanzaban el inicio a la temporada han quedado ahora engullidos por el calendario cada vez más exigente.
El motivo principal de esta caída de los torneos de verano se debe principalmente a las fechas en las que ahora arranca la temporada. Mientras hace una década -o 15 años- el curso futbolístico comenzaba de forma oficial el último fin de semana de agosto ahora lo hace a primeros de este mes. En las fechas en las que tradicionalmente se realizaban los torneos de verano –que normalmente se jugaban con semifinales y final– ahora ya hay Liga o Supercopa de Europa, lo que imposibilita que se puedan jugar tal y como estaban antes entendidos.
Además, al empezar antes la temporada los equipos tienen menos tiempo de pretemporada y para los principales clubes los torneos de verano no son una opción de preparación ya que no sale rentable. Los grandes de Europa no renuncian a las giras por Estados Unidos o Asia, punto principal de ingresos económicos en esas fechas, e ir a Cádiz, Huelva o La Coruña se hace ahora impensable.
La gloria perdida
Estos torneos veraniegos –hay más, muchos más, pero estos tres son los más tradicionales– se siguen disputando, pero su proyección mediática es prácticamente nula. El Trofeo Teresa Herrera, por ejemplo, lo han jugado en los últimos años la Ponferradina, el West Bromwich Albion o el Athletic. En la década de los 2000 lo llegaron a jugar equipos como el Real Madrid, el Atlético, el Milan, la Lazio o Boca Juniors.
En la misma línea va el Ramón de Carranza, que se 'salva' en cierta forma al tener al Atlético como equipo presente en las últimas dos ediciones. Pero antes fueron Las Palmas, el Málaga o la Sampdoria, dejando atrás aquellos años con Real Madrid, Valencia (cuando fue campeón de Liga) o Barcelona.
Kaka y Casillas, del Real Madrid, en 2013, con el trofeo Teresa Herrera
El Colombino, por su parte, no se juega desde 2019 y los últimos contrincantes del Recreativo de Huelva fueron Getafe, Córdoba u Osasuna. Antes acudían Sevilla, Sporting de Portugal, Atlético, Barcelona...
Solo los trofeos de partido único y que sirven como presentación para cada club –Joan Gamper en Barcelona, Trofeo Naranja en Valencia, Santiago Bernabéu en Madrid– resisten. O ni eso, como pasa en el caso del trofeo madridista, sin disputar desde 2018. Pero este tipo de trofeos no tienen ese prestigio que acompañó siempre al Teresa Herrera, Ramón de Carranza y Colombino.
En unos tiempos de modernización en todos los sentidos del fútbol, trofeos como el Teresa Herrera, el Ramón de Carranza o el Colombino no tienen hueco ya para los principales clubes y para el aspecto mediático
La globalización del fútbol, más pensado ahora para jugar un Clásico en Miami, no ayuda tampoco a la resurrección de estos torneos de verano que tanto alegraron a los aficionados al fútbol y que servían como la primera toma de contacto cada año.
Era una vieja tradición del fútbol español que se ha perdido para siempre, fruto de calendarios infernales que cada vez arrancan antes. Este mismo año será el 10 de agosto con la Supercopa de Europa. Y dos días después arrancará la Liga. Y a partir de ahí no se parará, dejando en un simple recuerdo aquellos años de enormes trofeos y juegos veraniegos.
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