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19 de abril de 2024

Sergio Ramos y Carlo Ancelotti, en un partido de la temporada 2016-17

Sergio Ramos y Carlo Ancelotti, en un partido de la temporada 2016-17AFP

Real Madrid

El relevo de Ramos y el fichaje de Ancelotti, las claves del cambio perfecto

El Real Madrid abordó la temporada con una revolución: Ramos y Varane no estaban, había que cambiar la columna vertebral, y el técnico italiano consiguió lo imposible. Ahora toca repetirlo con una plantilla que es mejor

Muy pocos, casi nadie en realidad, apostaban por el Real Madrid al comienzo de la temporada del cambio. Cuando solo faltan seis días para el estreno de la siguiente campaña, el último análisis pausado del curso pasado señala dos factores fundamentales. La dirección deportiva del club jugaba fuerte.
Decidió el adiós de Ramos y de Varane para conformar otro pasillo de seguridad nuevo en una apuesta que era muy arriesgada. Crear una revolución de la columna vertebral del equipo era un compromiso muy importante. Se marchaban los dos centrales que habían definido el último lustro. Se iba el líder y el jefe del equipo desde hace una década, Sergio Ramos. Un futbolista que se equivocó gravemente al pujar fuerte frente al presidente por una renovación con más dinero que el dirigente blanco rechazó siempre. Florentino Pérez mantuvo el pulso, el mismo que también presentó ante Cristiano Ronaldo hace cuatro años. No se dejó amedrentar ni por uno, en 2018, ni por otro, hace doce meses.
El paso del tiempo ha demostrado que tanto Ramos como Cristiano se equivocaron de manera mayúscula. El portugués no ha ganado una Champions desde que se fue del Real Madrid. El sevillano perdió la posibilidad de ganar su quinta Copa de Europa.
La ausencia de Ramos y de Varane en esta campaña recién acabada supuso que el máximo responsable de la entidad buscara el entrenador adecuado para dirigir esa gran reforma de la estructura del equipo. Eligió a Carlo Ancelotti con la condición de ejecutar el cambio que Zidane tampoco se atrevió a realizar. Militao y Alaba serían los dos centrales de esa gran reestructuración interna. Y Valverde, Rodrygo y Camavinga tenían que jugar mucho más.
El italiano aplicó estas condiciones paulatinamente, sobre todo en un sprint muy duro ante los cuatro mejores rivales europeos, el Paris Saint-Germain, el Chelsea, el Manchester City y el Liverpool. Los cuatro eran los favoritos al título continental. Y el Real Madrid de Ancelotti no solo superó esos cuatro listones sino que también se adjudicó la Liga. La casa blanca dio el golpe perfecto, consiguió el sueño imposible.
Ahora, con la llegada de Rüdiger y de Tchouaméni, el técnico más laureado de Europa tiene el reto de defender esos títulos, un objetivo que comienza el día 8 con el regreso al trabajo de una plantilla que ha vuelto a ser remozada con dos refuerzos de tronío.

No hay un once

Carletto vuelve al campo a trabajar el próximo fin de semana con la meta de continuar la revolución de un conjunto que mantiene a Benzema, Kroos y Modric como históricos puntales de las cuatro Champions celebradas en la década anterior. El delantero francés, claro favorito para obtener el Balón de Oro, es indiscutible. El trabajo que tiene por delante Ancelotti es consolidar el relevo tranquilo de Modric y de Kroos a los pies de Valverde, Tchouaméni y Camavinga. Los dos veteranos centrocampistas continuarán jugando mientras mantengan este importante nivel, pero tienen que asumir que serán sustituidos cada vez más por estos tres jóvenes mediocampistas que piden paso. Casemiro entrará igualmente en esta rueda de rotaciones.
Valverde y Camavinga ya tomaron ese testigo anteriormente y han sido clave en la obtención de los dos grandes títulos festejados en mayo, sin olvidar la Supercopa de España obtenida en Arabia Saudí en enero. Rodrygo tendrá a su vez mayor protagonismo, el que se ha ganado con sus goles y sus jugadas decisivas cuando le han dado oportunidades. Y el mensaje claro del allenatore a partir del 8 de julio es que no habrá once titulares, sino dieciocho, pues a los futbolistas mencionados se añadirán Lucas Vázquez, Nacho y Hazard, además de Mendy, que compaginará el lateral izquierdo con Alaba.

Una plantilla mejor

La dirección deportiva del Real Madrid considera que la llegada de Rüdiger y de Tchouaméni convierten a esta plantilla en la mejor de los últimos tiempos, palabras que suenan grandilocuentes cuando acaba de conquistar la Copa de Europa. Pero la empresa admite con sinceridad que el potencial de la plantilla actual es superior.
La institución asume que será, más que nunca, el rival a batir tanto a escala europea como nacional, porque ha apuntalado el equipo «muy bien», como expresan los profesionales de Valdebebas.
El ideario de Ancelotti es rotar a este ramillete de jugadores como una noria para conceder los descansos que no pudo realizar en muchas ocasiones del curso precedente. Su planificación es dar el respiro necesario al ya legendario triunvirato centrocampista. Ahora tiene sustitutos para todos sus futbolistas en todos los puestos. La apuesta es de órdago. Todos contra el campeón del continente. Pero el Real Madrid está acostumbrado a ello desde 1956, cuando ganó la primera Copa de Europa.

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