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27 de abril de 2024

Algunas jugadoras de la selección española se abrazan en el primer partido ante Finlandia

Algunas jugadoras de la selección española se abrazan en el primer partido ante FinlandiaEFE

Mucho más que un pase a cuartos: el día para que el fútbol femenino coja impulso y no se estanque

España juega ante Dinamarca un partido vital, el de más relevancia en nuestra historia: la victoria y el empate dan el pase de ronda

Con Doña Leonor y la Infanta Sofía en el palco, la Selección española femenina afronta este sábado el partido más importante de su historia. Y no por su indudable contenido deportivo, que supondría pasar a cuartos de final en la Eurocopa femenina, sino porque el duelo ante Dinamarca podrá determinar el futuro inmediato del fútbol femenino: o una fase de crecimiento futbolístico y mediático o un estancamiento en el momento de más interés.
España se enfrenta este sábado a Dinamarca en el tercer y último partido de la fase de grupos. Hasta ahí todo normal sino fuera porque el duelo es a vida o muerte, un partido directo en el que quien gane pasará a cuartos, dejando al otro eliminado. El empate, eso sí, beneficia a una Selección española que es clara favorita, pero a la que los nervios y la inexperiencia en este tipo de partidos puede pasar factura.
Juega España ante Dinamarca después de debutar con goleada ante Finlandia, pero perder cuatro días después contra la potente Alemania. Contra las teutonas jugó bien España, dominó y tuvo muchas ocasiones, pero comprobó la dureza de un torneo así y la grandeza de algunas selecciones que con poco son capaces de ganar. La victoria ante Finlandia del primer día ayuda a que ahora España pueda pasar a cuartos con el empate, ya que ese 4-1 da a la Selección española más goles a favor/en contra que Dinamarca.
«No nos deis por muertas» ha sido el lema de las jugadoras tras la derrota ante Alemania. España podría volver al 4-3-3 del día de Finlandia que tan bien funcionó para levantar el resultado. Irene Guerrero y Esther González podrían volver al once, aunque no se descarta que Vilda opte por dar continuidad a Sheila García arriba.
El temor es la falta de concentración en los primeros minutos mostrada en los dos partidos, algo que no se puede repetir en este duelo a cara o cruz. Hubo también errores individuales y falta de colmillo y efectividad arriba que lastraron a una España para la que parece que la confianza es básica: sentirse bien ayuda a ganar.

Algo más que los cuartos en juego

Este examen para el equipo entrenado por Jorge Vilda no da solo un pase a cuartos de final en el que espera ya Inglaterra, selección anfitriona. Es mucho más. En juego está que el fútbol femenino siga creciendo, siga teniendo ese impulso que la Eurocopa le está dando. A toda disciplina que necesita crecer le viene perfecto un torneo de gran relevancia que tenga la atención no solo de los aficionados ya fijos, sino de aquellos que se puedan sumar. Eso es lo que ocurre con España y esta Eurocopa femenina.
Es indudable que en los últimos años la afición por el fútbol femenino ha crecido. Con cada vez más atención mediática, esta Eurocopa vino perfecta para dar ese impulso definitivo. Primero porque llega en un verano sin otros torneos futbolísticos, por lo que toda la atención es en exclusiva para esta competición, también de aquellos aficionados más escépticos ante el fútbol femenino. Y segundo porque España tiene buen equipo, buen cartel y muchas esperanzas con hacer algo grande.
Jorge Vilda, seleccionador nacional, con algunas jugadoras en el entrenamiento

Jorge Vilda, seleccionador nacional, con algunas jugadoras en el entrenamientoEFE

Es por ello que el seguimiento está siendo bueno -el último partido, ante Alemania, fue seguido por 1.449.000 espectadores (13,7% de cuota de pantalla)- y parar ahora ese crecimiento sería doloroso. Cuesta creer que con España eliminada el seguimiento a la Eurocopa femenina continúe más allá de los fieles aficionados al fútbol femenino, aún pocos en comparación con otras disciplinas. Cada vez que juega España en esta Eurocopa hay una atención prácticamente impagable, un subidón para un fútbol que necesita de este tipo de partidos de máxima expectación para seguir creciendo.
Por eso el duelo ante Dinamarca no solo tiene ese componente deportivo, sino también social. Pasar de ronda es seguir ganando adeptos para el fútbol femenino y además protagonizar uno de esos partidos que cualquier amante al deporte (y no solo al fútbol) quiere ver: España ante Inglaterra, que además tiene el componente de ser anfitriona.
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