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19 de abril de 2024

Eduardo Camavinga cambia el dorsal 25 por el 12 que ha dejado libre Marcelo

Camavinga es ya un futbolista fundamental para AncelottiGTRES

Camavinga, un motor para tres lustros

El Madrid pagó 30 millones por un futbolista de 18 años que se ha ganado el puesto en un año; su potencia sorprende a todos y su calidad rompe con el estereotipo del mediocampista de músculo

Pintus no tiene que preocuparse de él. Es fibra pura, potencia, elasticidad, sin nada de grasa. Un «madelman» angoleño con ascendencia congoleña y pasaporte francés. Solo costó treinta millones y es, junto a Valverde, Rodrygo y Tchouamení, el futbolista con más futuro del Real Madrid. Se llama Eduardo Camavinga y a sus 19 años se ha ganado el aplauso del madridismo y un sitio en el equipo. Puede jugar de mediocampista defensivo y de interior ofensivo gracias a una potencia y a una clase que le permiten desbordar a los rivales por fuerza y por calidad.

Otra bonita historia francesa

La dirección deportiva madridista fichó a un jugador para tres lustros, destinado a escribir otra gran historia francesa en el Real Madrid. Fue una operación sorpresa en las últimas horas del mercado del año pasado, tras la negativa de Mbappé a venir al Real Madrid. Florentino Pérez tenía este as guardado en la manga. Y ha sido un fichaje muy acertado. Vino a la casa blanca con 18 años y fue determinante para conquistar la Liga y la Champions en una temporada en la que nadie creía en el club blanco.

Decisivo en la Champions

Comenzó su andadura de suplente, lógicamente, por su edad, a la estela del triunvirato centrocampista consagrado por una multitud de títulos, pero el joven francés se hizo paulatinamente con un lugar en el esquema de Ancelotti, hasta convertirse en un hombre decisivo, al lado de Rodrygo y de Valverde, en las remontadas increíbles que llevaron a los blancos a conseguir otra Copa de Europa.
Eduardo entraba en los segundos tiempos y el poderío de estos tres jóvenes decantó los partidos frente al PSG, el Chelsea, el Manchester City y el Liverpool. El Real Madrid pudo con los cuatro grandes de Europa sin hacer duros desembolsos. Los 30 millones de Camavinga han sido los más rentables del mundo.

Uno de los doce titulares

Ahora ya es uno de los doce titulares fijos de Ancelotti, el primer cambio que inyecta al equipo la fuerza necesaria. Juega, antes o después, todos los encuentros. Si la temporada pasada disputó nada menos que 40 partidos con dos goles, dos asistencias y la participación en otros ocho tantos, ahora ya ha jugado los cuatro envites que el campeón de Europa ha protagonizado en esta campaña. El entrenador italiano cuenta siempre con él. Es «el revulsivo, el motor que necesitamos cuando más hace falta», cuentan en el vestuario. El golpe de adrenalina que ha llevado al campeón a saldar con tres victorias estas tres salidas ligueras. En Cornellá fue un espectáculo verle recuperar el balón ante adversarios que caían al césped al no poder seguirle. «Es potencia bruta con el balón en los pies», señalan en Valdebebas.

Camavinga juega y gana

Hay un dato espeluznante en las estadísticas del Real Madrid. Eduardo y Rodrygo han ganado doce de los trece partidos que han compartido en el campo y el decimotercero fue la derrota por 2-3 ante el Chelsea que en verdad supuso la clasificación del conjunto español para las semifinales de la Champions. La telemetría que manejan los ayudantes de Ancelotti no engaña. Los dos son savia nueva en un once veterano. El francés se está convirtiendo en el relevo de Modric y de Kroos indistintamente. Y llegará un momento en que será titular y los dos astros veteranos tendrán que relevarse por la titularidad como tercer centrocampista, pues Tchouamení y Camavinga terminarán por hacerse perennes en la línea media cuando lleguen los partidos decisivos. Ya hemos visto en los primeros encuentros de esta liga que el centro del campo definitivo de Ancelotti cuenta con dos motores jóvenes y un veterano.

Debe estar tranquilo

Sabe que merece jugar y lo hace siempre, aunque en muchas ocasiones sea en el segundo acto, pero su participación es clave. Se introduce en el engranaje del sistema en el momento álgido del partido. El propósito de Camavinga es continuar en esta línea y jugar cada vez más. La dirección deportiva le ha dicho que debe de estar tranquilo. Será titular en un porcentaje de encuentros y se convertirá en la reacción necesaria en otros. Si el curso pasado disputó 40 encuentros en la actual alcanzará los 50. El entrenador sabe lo importante que es para sus estrategias y cuenta con el francés para que siga siendo tan fundamental como lo ha sido hasta ahora.

El Mundial

El objetivo de Eduardo es continuar en esta progresión como futbolista fundamental para el Real Madrid y ganarse una plaza en la selección francesa del Mundial de Qatar. Pero no perderá el norte por ello. Sabe que lo más importante es transformarse poco a poco en un jugador fijo del Real Madrid. El plan trazado con él es que será titular a lo largo de esta temporada porque su poderío físico se impondrá definitivamente cuando lleguen los duelos determinantes como los presenciados la temporada pasada en la Champions.
En el fútbol moderno que vivimos hoy se imponen los futbolistas como Eduardo, todo potencia y clase. Modric y Kroos, los veteranos de oro, jugarán siempre que el Real Madrid consiga tener el balón, pero quedó patente que cuando los blancos se enfrentaron al PSG, al Chelsea y al City tuvieron que recurrir a Camavinga y a los otros jóvenes para equilibrar e incluso ganar una batalla física que anteriormente estaba perdida. Sin ellos no habrían ganado los grandes títulos de la temporada pasada.
El chaval sabe esperar. Ha aprendido a ser paciente. Tiene 19 años y ya es un puntal del Real Madrid. Está predestinado a convertirse en un futbolista histórico de la entidad.

Ejemplo físico

Su preparación física es magnífica y se apoya en una genética perfecta. Fue sincero Eduardo cuando hace doce meses dijo que los métodos de Antonio Pintus le hicieron sudar al límite en su estreno como jugador madridista. Que lo dijera él, un prodigio de la naturaleza, desvelaba la exigencia de Pintus. Hoy es, junto a Valverde, Tchouamení, Rodrygo, Rudiger, Lucas Vázquez y Carvajal, uno de los exponentes de un trabajo físico muy sacrificado. Se llama Eduardo Camavinga y solo ha empezado su carrera.
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