Laia Codina con el trofeo del Mundial
El juez del Caso Rubiales cita a Laia Codina y Rafael del Amo
La futbolista y el presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino serán algunos de los próximos en comparecer
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Luis Rubiales, inhabilitado tres años por la FIFA
El magistrado Francisco de Jorge, el juez de la Audiencia Nacional que investiga a Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, por delitos de agresión sexual y coacciones a la futbolista Jenni Hermoso, ha citado como testigos a la futbolista Laia Codina, que juega en el Arsenal, y a Rafael del Amo, presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino. Ambos testificarán el próximo día 16 de noviembre.
El juez, en su búsqueda por aclarar los hechos ocurridos en la entrega de trofeos del Mundial en Sídney, Australia, sigue citando a gente a los juzgados. En los próximos días comparecerán Albert Luque, director de la selección masculina, Javier López Vallejo, psicólogo de la selección femenina, José María Timón, exdirector de gabinete de Luis Rubiales y Javier Pujol, responsable del cumplimiento normativo de la Federación.
En noviembre comparecerán varios testigos más, entre ellos el seleccionador masculino absoluto, Luis de la Fuente, y el ya exdirector de Comunicación de la RFEF, Pablo García-Cuervo.
Además de Rubiales, también están investigados Jorge Vilda, exseleccionador femenino, Rubén Rivera, director de marketing de la RFEF y Albert Luque. Todos ellos en el marco de la misma causa, la investigación por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones.
La defensa de Rubiales
En su turno de palabra, Luis Rubiales afirmó que el beso fue una «muestra de afecto», hecho «con consentimiento, de forma natural y a la luz de millones de ojos». A raíz de las preguntas que recibió de parte del abogado de Jenni Hermoso, respondió que se trataba «de una celebración totalmente extraordinaria», donde preguntó a la jugadora antes de hacerlo y que, por tanto, fue «consentido». El expresidente también apunta que que Hermoso tras ese episodio «se fue muerta de risa» y dándole «dos cachetes en el costado».
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