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La plantilla del Real Madrid celebra la Decimoquinta en Wembley

La plantilla del Real Madrid celebra la Decimoquinta en WembleyEFE

De la leyenda de Di Stefano, Puskas y Gento a la era de Bellingham, Vinicius, Modric, Camavinga y Mbappé

  • El Madrid de Florentino va camino de superar a los pioneros del reinado mundial

  • La dirección deportiva refuerza al equipo campeón para que la competencia siga siendo la máxima

Es bonito escuchar siempre cómo Florentino Pérez subraya siempre el talento pionero de Santiago Bernabéu para entender sus victorias en el siglo XXI. El actual presidente del Real Madrid destaca constantemente que el culpable de todo este aura de triunfo imperial es Bernabéu, aquel hombre al que llamaron loco por construir un estadio cuando en España se pasaba hambre. Aquel adelantado a su tiempo que fue a París a inventar la Copa de Europa con el periódico L'Equipe. Aquel brillante gestor que fichó a Di Stéfano y Gento en 1953 para cambiar la historia del fútbol universal.

Don Santiago, como se le llamaba con reverencia, contrató también a Kopa, a Rial, al gran Ferenc Puskas, al inteligente José Emilio Santamaría, a Canario, y forjó un equipo que conquistó las primeras cinco Copas de Europa de la historia.

La recién creada UEFA, como es de rigor, estaba en contra de la competición. Hasta que el éxito del torneo y del club español hizo entrar en vereda al organismo oficial del balompié continental. ¿Hay algún parecido con lo que sucede hoy?

Cinco Copas de Europa consecutivas: parecía un imposible

Santiago Bernabéu tenía las ideas de futuro muy avanzadas respecto a los demás dirigentes del continente y de España. Primero construyó un estadio y después había que llenarlo con las mejores figuras del mundo. Así lo hizo.

Llegó la Saeta Rubia como líder de un grupo irrepetible y analizó con Bernabéu el gran objetivo para convertirse en un club eternamente triunfador: 'El reto es ganar, ganar y ganar'. Y así ocurrió. Y esos futbolistas ganaron las primeras cinco Copas de Europa con remontadas épicas frente al Stade de Reims y el Milán, actuaciones, hazañas, que definieron la idiosincrasia de la casa para siempre.

Los jugadores del Real Madrid Raymond Kopa, Héctor Ríal, Alfredo di Stéfano, Ferenc Puskás y Francisco Gento

Los jugadores del Real Madrid Raymond Kopa, Héctor Ríal, Alfredo di Stéfano, Ferenc Puskás y Francisco GentoUEFA

Parecía imposible mejorar ese reinado de aquel conjunto pionero. Di Stéfano festejó cinco coronas continentales. Gento celebró su sexta Champions en 1966 junto a Pirri y Amancio. Era una quimera pensar que otros hombres superaran estas plusmarcas en el futuro.

Los tres títulos de 1998, 2000 y 2002

Casillas, Roberto Carlos y Raúl consiguieron tres Copas de Europa en la segunda era majestuosa del Real Madrid, entre 1998 y 2002. Pero lo que era impredecible es que en este siglo XXI, marcado por la existencia tramposa y fraudulenta de los clubes-estado, pagados por los Emiratos Árabes Unidos (Manchester City) y por Qatar (París Saint-Germain), surgiera de nuevo el Real Madrid no solo para igualar aquella etapa soñada de los años cincuenta sino para establecer un hito mayestático que todavía puede mejorar en el próximo lustro, a pesar de esa competencia injusta y delincuencial que Ceferin permite con los equipos comprados por estados árabes.

Es un trabajo meditado a lo largo de un cuarto de siglo. Florentino Pérez llegó a la entidad madridista al comenzar esta vigésimo primera centuria con el ambicioso proyecto de elevar al club al máximo nivel internacional, como hizo Bernabéu.

Fichó a Figo, Zidane, Ronaldo Nazario y Beckham con el fin de emular la leyenda de la era Di Stéfano. Y se quedó con más miel en los labios.

De Cristiano a Bellingham

En 2009 comenzó su segunda etapa presidencial con el reto ineludible de colocar al equipo en el liderazgo mundial. Contrató a Cristiano. Y por fin, en 2014, llegó la segunda Champions de su presidencia, en pleno monólogo de Messi. Un dominio del argentino que se acabó con el trienio triunfal 2016-2018 de Modric, Kroos, Marcelo, Bale y la estrella portuguesa, tanto en Europa como en el mundo, pues los blancos se adjudicaron todos los Mundiales de Clubes.

El órdago a lo grande del 'tito Floren', como le llama la afición, es que sin Cristiano y sin Ramos la escuadra madridista consagró su aura victoriosa al obtener la Copa de Europa en 2022, con Benzema, Courtois, Carvajal, Nacho, Vinicius, Camavinga, Rodrygo, Alaba, Militao y Valverde como referentes. Era la quinta de esta etapa, la sexta del siglo para Pérez. Por supuesto, estos talentos también se apuntaron el Mundial de Clubes.

Jude Bellingham y Cristiano Ronaldo

Jude Bellingham y Cristiano RonaldoPaula Andrade

El más difícil todavía es que este mismo equipo, con el plus de Bellingham y Rüdiger, ha trazado la cuadratura del círculo hace una decena de días en Wembley. El Real Madrid ha logrado la sexta Copa de Europa en diez años naturales. De Cristiano a Jude Bellingham, el presidente actual de la empresa ha superado la era Bernabéu.

Una era joven que acaba de empezar

'Flopper', como le denominan los seguidores en las redes sociales, acumula ya siete Copas de Europa bajo su dirección, una más que Bernabéu, y lo más importante es que el actual plantel del Real Madrid es muy joven y puede registrar una marca realmente insuperable.

La inteligente labor de la dirección deportiva madridista es que ha creado un relevo constante de jugadores en la plantilla para que el equipo sea siempre juvenil, veloz, potente y resistente. Se fueron Cristiano, Ramos y Benzema, treintañeros, y aterrizaron muchachos como Vinicius, Rodrygo, Camavinga, Tchouaméni, Fran García, Bellingham y Güler.

Vinicius ha celebrado dos Champions y tiene 23 años, al igual que Rodrygo. Camavinga ha ganado estas dos Copas de Europa con 21. Bellingham ha celebrado la primera con veinte. Y Güler, con 18. Viene Mbappé con 25 cumpleaños y no ha disfrutado de ninguna. Es la consecuencia de elegir mal. Ha elegido por fin bien, mejor tarde que nunca.

Con Mbappé y Endrick, el Real Madrid campeón será el máximo aspirante al mayor título continental durante la próxima década. Luego, el fútbol es caprichoso y puedes perder o vencer. Pero es indiscutible que Modric, Carvajal y Nacho suman seis Champions desde que entraron en la primera plantilla hace una docena de años y quieren alcanzar las siete. Bellingham, Vinicius, Camavinga, Güler, Tchouaméni y Valverde buscan alcanzar esos trofeos de los veteranos.

El mensaje de los veteranos y competencia para que no se lo crean

El excelente trabajo de la marca Real Madrid es que la inyección de los mejores chavales en el equipo aporta una competitividad que implica que los presuntos titulares, sean imberbes o veteranos, no puedan dormirse en los laureles. Si te lo crees, estás perdido, porque viene un chaval de 18 a sentarte en el banquillo. En el Real Madrid nadie se lo cree, porque todos han visto cómo se marchaban vacas sagradas (Cristiano, Ramos, Varane) y los nuevos ganaban inmediatamente el torneo fetiche de la empresa: Rüdiger, Alaba y Vinicius lo consiguieron doce meses después.

El centrocampista inglés del Real Madrid, Jude Bellingham, durante la celebración hoy domingo en el estadio Santiago Bernabéu

El centrocampista inglés del Real Madrid, Jude Bellingham, durante la celebración en el Santiago BernabéuEFE

Hay un capítulo clave en esta era triunfal que Florentino Pérez y sus futbolistas quieren transformar en imperial: el mensaje de los ganadores es fundamental para que los nuevos asimilen que los imposibles son posibles. Modric, Carvajal, Nacho, Courtois, Valverde, Militao, Rüdiger y Mendy son esenciales para impulsar a los debutantes a creer que las remontadas se logran.

Güler, cuéntaselo a Kylian

Si Ancelotti no contara con estos jugadores experimentados en el éxito sería muy difícil conquistar las Champions.

Son ellos los que en el césped, con la enorme tensión del resultado en contra, saben precisar los pases decisivos para evitar primero la eliminación, igualar luego la eliminatoria y ganarla después. Los centros de Vinicius a Benzema y de Carvajal a Rodrygo en 2022, así como los de Modric y Rüdiger en la última edición europea, son el reflejo de esa sensación de que 'querer es poder'. Lo dicen ellos, lo dicen los dirigentes. Los jóvenes como Güler lo han vivido en el césped. Endrick y Mbappé vienen a reeditarlo y revivirlo, a comprobar que es verdad. Un niño como el turco Arda ya puede contárselo a Kylian: no es un truco, es Real. Real Madrid.

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