
Íñigo Martínez, tirado sobre el césped de Montjuic
Cuando engañar al árbitro tiene más premio que ser honesto: las exageraciones que se han pitado como penalti
Durante las últimas jornadas se ha visto como acciones muy similares han sido o no sancionadas en función de la reacción del jugador
El Barça asalta el liderato de la Liga con el árbitro como protagonista
La polémica arbitral está siendo la gran protagonista en este tramo del campeonato liguero. Desde que empezó 2025 no hay jornada en la que los árbitros no estén en el punto de mira por sus decisiones. Se nota que hay muchos equipos con grandes cosas en juego y ahora enfada una barbaridad sentirse perjudicado, pues un punto lo puede cambiar todo. El título está solo en un punto y el descenso igual, que son las dos luchas más abiertas.
La última jornada que se ha disputado, la 24, ha dejado a numerosos conjuntos descontentos y trasladando sus quejas a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y al Comité Técnico de Árbitros (CTA). Empezando por el último partido que se ha jugado, el FC Barcelona - Rayo Vallecano, el conjunto franjirrojo se fue muy enfadado de la Ciudad Condal.
Melero López fue el encargado de pitar el duelo y tomó varias decisiones polémicas, aunque lo que más controversia ha generado es la aplicación del VAR. Alrededor del minuto 15 de partido, Íñigo Martínez agarró de manera continuada a Mumin en un córner a favor del Rayo Vallecano y no se señaló nada. Es la típica jugada gris que si se sanciona no se puede protestar, pero el colegiado andaluz no lo vio en directo y el futbolista ghanés se levantó rápido. A seguir dijo el árbitro.
En cambio, minutos después una jugada muy similar, nuevamente con Íñigo Martínez como protagonista pero esta vez en ataque, acabó con penalti favorable al Barcelona. Sacó el córner el equipo azulgrana y Pathé Ciss agarró de manera continuada al defensor vasco en una jugada en la que no tenía opción de disputar el balón. En cambio, Íñigo se tiró al suelo y protestó esperando a que entrara el VAR.
Provocar que entre el VAR
Se detuvo el juego y Díaz de Mera mandó al monitor a Melero López, que no tuvo más remedio que señalar la pena máxima. Una de esas jugadas de las que hay a montones en cada partido, pero que si la analizas de manera individual es penalti. La cosa aquí es que el VAR entra si protestas e insistes en que revisen la acción, lo que es al final un castigo a los futbolistas que no tratan de engañar y entienden esos agarrones como lances del juego.
Se cita esa jugada por decir alguna, pero en esta jornada hay más ejemplos. Dos de ellos señalados en primera instancia y que se confirmaron como penalti. El primero ocurrió en el Metropolitano, cuando un leve pisotón de Le Normand a Borja Iglesias mientras este salía del área terminó con el gallego por los suelos. Con el reglamento en la mano es penalti, pero el ariete del Celta hizo todo lo posible por dejarse caer y en caso de que no lo hubiera hecho no se habría pitado nada.
Algo similar sucedió en Sevilla, en el partido entre Betis y Real Sociedad. Gil Manzano fue el protagonista tras expulsar a Zubeldia por ser 'el último hombre' en una acción que tampoco era manifiesta y después por pitar un penalti de Aihen Muñoz sobre Anthony. El lateral español metió el brazo, pero el atacante brasileño exageró su caída y es otra demostración de jugada en la que si no se llega a tirar habría seguido el juego.
Para acabar, la polémica más sonada y que más ha dado que hablar es la del Osasuna - Real Madrid en el Sadar. Ahí los blancos pidieron hasta cuatro penas máximas y no les señalaron ninguna. En lo que a caídas dentro del área se refiere hubo dos, la primera con Moncayola y Vinicius como protagonistas con un choque rodilla con rodilla.
El '7' del Madrid se fue al suelo y pidió la entrada del VAR, pero Trujillo Suárez no mandó a Munuera Montero al monitor. También cayó Bellingham en el área tras un empujón de Torró, pero el inglés se levantó rápido para seguir peleando el balón y aquí el criterio está claro. Si uno se pone en pie deprisa y sigue la jugada no se va a pitar nada.
En cambio, Budimir se quedó tendido en el suelo y haciendo gestos de dolor cuando notó el pisotón de Camavinga. Nada se habría señalado si el croata se hubiese levantado rápido, pero protestar le dio sus frutos y minutos después estaba celebrando el empate. Así pues, la conclusión es clara, si protestas y te quedas tendido en el suelo es más fácil que entre el VAR para revisar la acción. El nuevo fútbol.