El Rey Felipe VI, durante la final de la Copa del Rey entre Barcelona y Real Madrid
La lamentable banalización de los pitidos al himno español
Un hecho que hace solo unos años suscitaba una polémica nacional ahora se ha convertido en una simple anécdota dentro del partido
Así ha sonado el himno de España en la final de la Copa: la afición del Madrid silencia a los independentistas
españa es un país en el que muchos ciudadanos que la habitan rechazan el sentimiento patrio, la bandera, las costumbres y las tradiciones. En varios lugares de España, como Cataluña, País Vasco, Navarra o Galicia hay un enorme sentimiento regionalista y además una necesidad constante por parte de una minoría de demostrar que, a pesar de serlo, no se sienten españoles. Gran parte de la afición del FC Barcelona, club conocido por ser un altavoz del separatismo, lo evidenció nuevamente en la final de la Copa del Rey.
Un gran número de los 26.031 aficionados azulgranas que estuvieron presentes en La Cartuja silbaron el himno de España en presencia del Rey Felipe VI antes de que echara a rodar el balón. Es un acto reprochable pero que se ha convertido en habitual cuando la final la juegan equipos como el Athletic Club, la Real Sociedad, Osasuna o el propio FC Barcelona.
Desde 2009, que fue la primera gran pitada a la marcha real en una final de Copa del Rey en el partido entre Athletic Club y Barcelona, ha sido un constante. Solo en 2010 (Sevilla - Atlético de Madrid), 2013 (Atlético de Madrid - Real Madrid) y 2022 (Betis - Valencia) el himno ha sido respetado por ambas aficiones. En el resto de finales, es decir 13 ediciones, el himno fue silbado por hinchas de uno y otro equipo y en algunas ocasiones de los dos.
Bien es cierto que en las ediciones de 2020 (Real Sociedad - Athletic) y de 2021 (Barcelona - Athletic) se disputaron a puerta cerrada y no hubo pitos al himno, por tanto, son 11 ediciones de las últimas 18 las que han visto como se manchaba la marcha real. Ahora bien, con total seguridad habrían sido 13 de haberse disputado con público las finales de 2020 y 2021.
Silencio de los políticos
Este menosprecio al himno, y más en presencia del Rey —antes Juan Carlos I y desde la edición de 2015 Felipe VI—, fue muy criticado en su día. Al final, no deja de ser una competición que lleva el nombre del jefe del Estado y que es un emblema del fútbol español. Por tanto, tiene toda la lógica que suene el himno de España antes de que comience el choque y debería ser de obligado cumplimiento respetarlo. No se está haciendo y tampoco se está condenando el acto. Se trata como una simple anécdota que ocurre antes de que eche a rodar el balón.
En esta edición ni el Gobierno de España ni la oposición han hecho el más mínimo comentario al respecto. Ni una palabra de los representantes del Ejecutivo que estuvieron en La Cartuja, María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno, y Pilar Alegría, ministra de Educación y Deportes, pero tampoco por parte de Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición y que estuve en presente en Sevilla.
Esa fue también la línea que siguieron los presidentes autonómicos que acudieron a Sevilla. Salvador Illa, Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno también optaron por el silencio. Fue un tema del que no se habló en medios de comunicación ni en redes sociales, donde todos los políticos citados menos Ayuso publicaron algún post del partido en sus cuentas de X. Tampoco dijo nada al respecto Pedro Sánchez, que dejó plantado al Rey en la final y únicamente subió un mensaje felicitando al Barcelona por el triunfo.
La actual situación es muy distinta a la que se vivía cuando esto comenzó a ocurrir, allá por el año 2009. En esa sonora pitada, que trató de ocultar TVE y se armó un escándalo, el partido terminó pasando a segundo plano por el menosprecio a España y a su himno. Todos los políticos mostraron su condena a estos actos e incluso, años después, en 2012, cuando se repitió la final entre Barcelona y Athletic, Esperanza Aguirre llegó a pedir que no se disputara el partido si ocurría lo mismo.
«El Rey y el himno, como la bandera, nos representan a todos y, por lo tanto, si se silban no es una cuestión leve sino muy grave y, como dijo Sarkozy cuando era presidente, si silban La Marsellesa se suspende el partido y se juega a puerta cerrada. Y creo que es lo que hay que hacer», manifestó.
La solución de la RFEF
Más de una década después, la pitada al himno se ha terminado normalizando hasta el punto que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) trata de ocultar los silbidos con torres de altavoces distribuidas por todo el estadio, pero sin condenarlos si ocurre. Ya se trata de manera 'normal' cuando no debería ser así.