La relación entre Mbappé y Luis Enrique está más rota que nunca
Mbappé y el PSG: cronología de un divorcio a las puertas de la Champions
Desde que se filtró su marcha, Kylian apenas ha jugado la mitad de los minutos. Con la Champions acechando, club y jugador intentan reconciliarse
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El pasado 15 de febrero el mundo del fútbol dio un vuelco. A través del periodista Fabrizio Romano se confirmaba lo que muchos ya presuponían: Kylian Mbappé abandonará el PSG el próximo verano, al término de un contrato que no tiene intención de renovar.
Esta noticia saltó tan solo un día después del encuentro de ida de los octavos de final de la Champions League que midió a los parisinos contra la Real Sociedad. Mbappé jugó los 90 minutos y anotó un gol, que ayudó en la victoria 2-0 de los suyos. Tras dos años cayendo en octavos, Mbappé se postulaba como el héroe que les podía hacer romper la maldición. Todo era felicidad en París. Hasta que cayó la bomba.
Preguntado en rueda de prensa sobre esta cuestión, Luis Enrique respondió que nadie es imprescindible ni nadie está por encima del club. Dos días después, el PSG jugaba en Nantes un partido de Ligue 1. Mbappé fue suplente. Algo que se puede entender debido al cansancio de venir de jugar la Champions, pero que, sin lugar a dudas, resonaba y enturbiaba, aún más, el ambiente. No salió hasta el minuto 61, con el encuentro 0-1. Marcó de penalti el 0-2.
Ocho días después, ante el Rennes, el PSG jugaba su primer partido como local tras la noticia de su estrella. Y el Parque de los Príncipes le recibió con aplausos y vítores, apoyándole. Puede parecer normal que una afición respalde al mejor jugador de su equipo, pero eran los mismos que, apenas un año antes, habían silbado y abucheado a dos estrellas como Messi y Neymar. Con Mbappé era diferente. Seguía teniendo el apoyo.
Kylian fue titular en ese comentado partido ante el Rennes pero, en el minuto 65, con el PSG perdiendo 0-1, salió sustituido. Su reemplazo, el portugués Gonçalo Ramos, empató el partido en el minuto 97. Preguntado en la rueda de prensa posterior sobre la razón de su sustitución, Luis Enrique respondió que «debemos acostumbrarnos a jugar sin él».
Kylian Mbappé puso el 1-0 para el PSG en el duelo ante la Real Sociedad
En la última jornada, el pasado viernes, el PSG visitaba al Mónaco en un duelo en la parte alta de la clasificación. Al descanso, con el marcador reflejando un 0-0, Mbappé volvió a ser sustituido. El partido acabaría así, sin goles. En vez de irse al banquillo en la segunda parte, como acostumbran quienes son sustituidos, Mbappé se fue a la grada, se puso a tomar fotos con niños y a sonreír en una actitud de aparente 'pasotismo'.
A Mbappé le cuesta entender estas sustituciones. Tanto que el delantero solicitó tener una conversación con el técnico el sábado, unas horas después del partido contra el Mónaco que terminó con empate a cero. Según informaron tanto RMC Sport como Le Parisien, medio muy afín al PSG, Luis Enrique aceptó la petición y dio explicaciones al delantero parisino.
En la previa del partido de vuelta ante la Real Sociedad, con el PSG jugándose su futuro europeo –que es lo mismo que decir la estabilidad del proyecto–, el ambiente no podía ser peor. En el campo de entrenamiento del PSG apareció una pancarta criticando al jugador. La afición, que seguía apoyándole, ya está empezando a darle la espalda.
Después de ese anuncio de su marcha, Mbappé ha disputado 138 minutos sobre 270 posibles. Muy por encima del 50 %. Su relación con el entrenador parece más rota que nunca, con la afición está empezando a resquebrajarse y el equipo, en medio de tanta polémica, lleva dos empates consecutivos ante rivales de menor entidad. Un período de inestabilidad que amenaza con llevarse por delante la temporada de un equipo que, por si algo se caracteriza, es por su poca cintura para lidiar con estas situaciones donde el ambiente enturbia más que empuja.
En medio de todo esto, el PSG viaja a San Sebastián para hacer bueno el 2-0 de la ida y volver a cuartos de Champions tres años después. Una competición que penaliza más que ninguna otra el miedo a perder lo que tienes ganado. Y el PSG sabiendo que es su última oportunidad para aprovechar al mejor jugador del planeta en su cruzada por ganar la competición.
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